Joana Sanz, la esposa de Dani Alves, visitó al futbolista en la carcel en la que él se encuentra preso luego de haber sido denunciado por una joven que lo acusa por una presunta agresión sexual en un boliche de Barcelona. A la salida, la mujer enfrentó a la prensa y desmintió las versiones que indicaban que le había pedido el divorcio al ex Barcelona.

“No lo voy a dejar solo en el peor momento de su vida”, dijo Sanz al abandonar el recinto al que concurrió junto a Bruno Brasil, un reconocido chef que es muy amigo de Alves. Con esa terminante frase, la modelo e influencer española dejó en claro que no piensa separarse del jugador de 39 años. Leer nota completa

Sanz recalcó, además que “es mentira” que el futbolista se había negado anteriormente a recibirla en el Centro Penitenciario Brians 1 de Barcelona, en el que se encuentra alojado desde el 20 de enero.

“Estoy bien”, respondió cuando le preguntaron por su estado general. Y, ante la consulta sobre cómo había visto a su esposo, fue tajante: “¿Ustedes qué creen?”.

Con estas cortar pero terminantes frases, Sanz intentó dejar atrás los rumores que aseguraban que le había pedido el divorcio a Dani Alves. Versión que había tomado incluso más fuerza luego de que ella borrara todas las fotos juntos de su cuenta de Instagram.

Dani Alves se encuentra preso luego de que una joven lo denunciara por una presunta agresión sexual. El hecho por el cual se lo investiga se remonta al 30 de diciembre 2022, en la discoteca Sutton de Barcelona.

La declaración de una testigo complica más a Dani Alves

“Si sé que es un baño, mi amiga no entra”, fue la declaración de una de los ocho testigos del caso Dani Alves, que está detenido por una presunta violación en la discoteca Sutton de Barcelona el pasado 30 de diciembre. La versión en la que coincidieron las tres amigas de la víctima sirvió para crear una radiografía concreta de lo que sucedió aquella noche.

De acuerdo al medio español, La Vanguardia, todo comenzó con las tres amigas que cenaron en el departamento de una de ellas. Al principio no querían salir, pero finalmente decidieron ir a un bar musical. Allí es donde consiguieron la entrada a Sutton.

Una de las amigas de la denunciante contó entre lágrimas que no se imaginaba lo que iba a pasar en el reservado en el que se encontraba Dani Alves y algunos amigos del futbolista. Los testigos, además, aclararon que no sabían que eso era un baño.