El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que prohíbe la participación de atletas transgénero en competiciones deportivas femeninas, representando un nuevo golpe contra los derechos de la comunidad LGBTQ+.
Durante una ceremonia en la Casa Blanca, que contó con la participación de numerosas deportistas, Trump aseguró: "Con esta orden ejecutiva, la guerra contra los deportes femeninos ha terminado".
El decreto establece que se recortarán los subsidios federales a las instituciones educativas que permitan a estudiantes transgénero ser parte de equipos deportivos femeninos. "No habrá financiación federal", enfatizó el mandatario.
Esta medida es parte de una serie de ataques sistemáticos de su administración hacia las personas trans y sus derechos fundamentales.
Retroceso en la inclusión y derechos de las mujeres trans
Trump justificó la medida afirmando que busca proteger la "integridad del deporte femenino", pese a la falta de evidencia científica que respalde sus argumentos. Según un estudio de 2017 publicado en Sports Medicine, no hay pruebas consistentes de que las atletas transgénero tengan una ventaja significativa sobre sus pares cisgénero. Otro estudio de 2023 demostró que muchas diferencias físicas entre los sexos se reducen o desaparecen tras la terapia hormonal de afirmación de género.
Sin embargo, la orden ejecutiva de Trump va más allá y castiga a las instituciones educativas que permitan la inclusión de atletas trans en equipos femeninos, amenazando con recortes en los subsidios federales.
El uso de discursos de odio para dividir a la sociedad
El decreto firmado por Trump es solo una de las muchas iniciativas de su gobierno para restringir los derechos de las personas trans. Desde su regreso al poder, ha impulsado leyes que limitan los tratamientos de afirmación de género en menores de 19 años y ha prohibido la presencia de personas trans en el ejército. Además, su discurso se ha vuelto más agresivo, calificando a los derechos trans como "delirios" y usándolos como una estrategia política para atraer a votantes conservadores.
En un claro ejemplo de desinformación, Trump repitió su falsa afirmación sobre la boxeadora Imane Khelif, insinuando que es transgénero cuando en realidad no lo es. Este tipo de retórica no solo desinforma, sino que también refuerza estereotipos peligrosos y fomenta la discriminación.
Impacto en la comunidad trans y el peligro de la exclusión
La exclusión de personas trans del deporte femenino no solo es una medida discriminatoria, sino que también contribuye al estigma y la marginación de esta comunidad. Según el Instituto Williams, alrededor de 1,3 millones de adultos y 300.000 adolescentes en EE. UU. se identifican como transgénero, y enfrentan tasas elevadas de depresión y suicidio debido a la discriminación y la falta de acceso a espacios inclusivos.
El deporte es un derecho y una herramienta fundamental para el desarrollo personal y la integración social. Negarle a las mujeres trans la posibilidad de participar en equipos femeninos las aísla aún más y perpetúa la desigualdad.
La medida de Trump representa un retroceso peligroso en la lucha por la igualdad de derechos. Es fundamental que la comunidad internacional, las organizaciones de derechos humanos y los defensores de la diversidad continúen alzando la voz en contra de estas políticas excluyentes. La inclusión en el deporte y en todos los ámbitos de la sociedad no debe ser una cuestión política, sino un derecho garantizado para todas las personas, sin importar su identidad de género.