El Papa Francisco retomó la costumbre de asomarse a la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico para rezar el Regina Coeli con una presencia reducida de fieles que guardaron las distancias en la plaza de San Pedro.
El pontífice señaló que ser cristianos no es por encima de todo una doctrina o un ideal moral sino una relación viva con con el Señor Resucitado.
Y agregó: Lo miramos, lo tocamos, nos alimentamos de él y, transformados por su amor, miramos, tocamos y nutrimos a los demás como hermanos y hermanas.
Asimismo arremetió contra la cultura de la indiferencia al dejar claro que no existe el cristianismo a distancia porque precisamente mirar al otro es ya un primer paso. El amor pide cercanía, contacto y compartir la vida, aseguró.