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Montevideo se queda sin agua potable en las canillas: queda menos del 2% de reservas

En apenas dos días la reserva en Paso Severino bajó casi 200.000 metros cúbicos y batió un nuevo mínimo histórico

03 Julio de 2023 12.56

La crisis del agua en Uruguay sigue agravándose y el panorama es poco alentador. En solo dos días las reservas de agua en Paso Severino bajaron 199.869 metros cúbicos, ubicándose el domingo en el mínimo histórico de 1,25 millones metros cúbicos.

Si la reserva tiene una capacidad de 67 millones metros cúbicos, actualmente cuenta con un 1,87% de agua, según informó el diario El País. Y la perspectiva es que vaya a peor, puesto que, según los pronósticos, no se prevén lluvias significativas a corto plazo. A este paso, si no cambian de forma radical los pronósticos, en menos de un par de semanas el agua que saldrá por las canillas de los hogares del área metropolitana no será bebible.

Vista aérea que muestra un puente que emergió del embalse Paso Severino en medio de una grave sequía en Florida, Uruguay, el 28 de junio de 2023.

Vista aérea que muestra un puente que emergió del embalse Paso Severino en medio de una grave sequía en Florida, Uruguay, el 28 de junio de 2023.MARTIN SILVA - AFP

“Tenemos anomalías positivas de precipitación en la primavera. Eso haría pensar que en septiembre comienzan las lluvias abundantes y recurrentes. Vamos a observarlas primero en toda la zona norte y noreste del país. Lamentablemente no va a llover primero en el sur, sino en Artigas, Rivera y Salto. Entonces tendríamos que decir que se va a empezar a normalizarse de norte a sur la situación. Y que la última cuenca en regularizarse sería la del Santa Lucía”, apuntó en diálogo con El País el meteorólogo Mario Bidegain.

Menos alentadora es la perspectiva planteada por el meteorólogo Nubel Cisneros. “En su principio se preveía que en la primavera podríamos tener lluvias importantes, pero las tendencias ahora estarían indicando que las lluvias importantes, para suplir ese déficit hídrico que tenemos y sobre todo en la zona de la cuenca del río Santa Lucía, comenzarían a llega por el mes de diciembre aproximadamente”, explicó a El País.

Muchas personas se acercan a observar el estado del embalse sobre el río Santa Lucía Chico, ubicado a unos 90 kilómetros al norte de Montevideo y que abastece a la capital y alrededores, donde viven unos 1,8 millones de personas.

El agua represada no sólo ya no escurre sobre el gris hormigón del vertedero, sino que está varios metros por debajo. Y el caudal controlado que fluye hacia la usina potabilizadora, situada 35 kilómetros río abajo, apenas salpica las rocas enfrente.

Una placa recuerda la fecha de inauguración de la represa: 30 de octubre de 1987. Fue entonces que se anegaron los terrenos aledaños. Hoy el descenso de las aguas es tan pronunciado que aparecieron puentes sumergidos desde más de tres décadas.

A sus 60 años, José Luis Deniz se acuerda muy bien de cuando cruzaba el Viejo Puente Severino en bicicleta. “Desapareció con el embalse, quedó literalmente cubierto”, cuenta a la AFP. El esqueleto oxidado reapareció en medio de un paisaje apocalíptico. Donde antes había agua ahora hay barro agrietado. Los caracoles blancos incrustados en el lodo seco brillan bajo el sol del mediodía.

El embalse de Paso Severino tenía una superficie de 1487 hectáreas cuando la represa funcionaba por encima de su cota de 36 metros, según datos de Obras Sanitarias del Estado (OSE), la empresa estatal que suministra agua potable en Uruguay.

Hubo sequías antes, pero ninguna como esta, asegura Julio Sánchez, un productor rural retirado de 78 años, que integra un grupo de historiadores locales.

“Hoy pasé por Canelón Grande y realmente eso asusta”, dice sobre un embalse cercano que aportaba agua para Montevideo y que se agotó en marzo. “Toda la sociedad tiene que tomar conciencia de que estamos ante un problema tremendo”.

Emergencia hídrica

El 20 de junio, luego de más de siete meses de sequía, el gobierno decretó emergencia hídrica en el área metropolitana de Montevideo, que incluye, además, la eliminación de impuestos a la importación de agua embotellada.

En conferencia de prensa, el presidente Luis Lacalle Pou reiteró que la declaración del estado de emergencia simplificará las intervenciones de apoyo a la población, y la creación de infraestructura destinada a aumentar el volumen de agua que llega a la capital.

Entre estos últimos citó la construcción de un embalse en el río San José, como también el fortalecimiento del sistema de conducción de agua. Además, aseguró el jefe de Estado, se mantiene el abastecimiento de agua gratuito para poblaciones vulnerables, y el dirigido a hospitales, residencias de ancianos, guarderías y centros familiares, las oficinas del Instituto de la Infancia y la Adolescencia (Inau).

En ese anuncio, Lacalle Pou advirtió sobre un posible deterioro de la calidad del agua de la canilla. “No se va a cortar el suministro del agua, lo que puede pasar es que haya un agua de peor calidad” que la actual, aclaró.

“Estamos tratando de manejar lo mejor posible las reservas que tenemos y haciendo una obra que va a llevar 30 días”, declaró a periodistas, en alusión al proyectado embalse sobre el río San José. “Si no llueve, va a haber un lapso en el cual el agua no sea bebible”, añadió, aunque subrayó que el agua de OSE podrá usarse para “lavar”, “bañarse” y “saneamiento”.

Para paliar la falta de precipitaciones, OSE ha estado mezclando desde hace dos meses el agua de Paso Severino con otra de cursos cercanos al Río de la Plata, más salobre por provenir del estuario.

Esto obligó a un aumento temporal de los niveles máximos de cloruro y sodio permitidos para el agua de OSE, vigente hasta el 20 de julio. Según el último informe diario, en una línea de bombeo del área metropolitana esos niveles estaban por encima de lo autorizado.