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El enojo de una niña de once años con su madre movilizó a toda la Policía

Una vecina dijo que la vio subirse a un automóvil. La familia llamó de inmediato a la Policía y denunció que había sido raptada. Más de cien efectivos se movilizaron para su búsqueda.

15 Diciembre de 2020 00.26

El enojo de una niña de once años movilizó ayer a la siesta a gran parte de la Policía y mantuvo en vilo a todo un barrio. Molesta porque su mamá le quitó el teléfono celular cuando enviaba mensajes en la vereda de la casa, la niña se subió al auto de un familiar y permaneció allí oculta por varios minutos. Al salir a buscarla, la madre no encontró a su hija. Una vecina dijo que la vio subirse a un automóvil. Para la familia y los vecinos, la pequeña había sido secuestrada. 
Alertada del supuesto secuestro, los móviles de las comisarías Sexta, Novena y de los grupos especiales acudieron al domicilio de la niña, donde una vez más, la vecina les dijo que vio a la vecinita subirse a un automóvil de color oscuro. 
La desesperación de que la criatura pudiera haber sido víctima de un hecho ilícito se apoderó de inmediato de los familiares y los vecinos de la niña, quienes se acercaron a solidarizarse con la familia. Las redes sociales fueron otro de los medios empleados para alertar del secuestro de la niña. “Pedimos que nos ayuden. A la niña -los datos personales no serán revelados aun cuando la familia los mediatizó- unos hijos de hdp la secuestraron de la puerta de su casa”, refería el panfleto con la foto de la niña que, rápidamente, circuló en la redes. 

Ante la magnitud de la situación y el relato de la testigo, que aseveró haber visto a la criatura subirse a un automóvil, desde la Policía montó un amplio operativo afectando a la búsqueda de inmediato a más de cien efectivos motorizados de las distintas comisarías y grupos especiales. Además, se enviaron fotografías de la supuesta víctima a los puestos camineros, al personal de Trata de Personas y hasta se convocó a la División Drones de la Policía de la Provincia para abarcar más territorio en la desesperada búsqueda. 
Mientras la Policía buscaba a la niña por tierra y aire, el efectivo a cargo del procedimiento se entrevistó con la madre mientras aguardaban la llegada del personal judicial.  
Según trascendió, la mujer les habría manifestado que le llamó la atención a su hija porque la encontró intercambiando mensajes desde su teléfono celular con otro chico, aparentemente de su misma edad y del mismo barrio. El límite impuesto por la madre parece haber molestado a la niña, quien se quedó en la vereda -recordó la mujer- y ella ingresó a la casa. Al salir a buscarla, ya no la encontró y la odisea, que por fortuna solo se trató de una travesura, inició para su familia. 
Luego de varios minutos de búsqueda, la noticia tan esperada llegó. La niña había sido encontrada sana y salva. Pero el secuestro no existió. La niña sí se había subido a un auto, como decía la vecina, pero era el de un familiar y lo había hecho por voluntad propia porque estaba enojada con su madre porque le había quitado el celular, por lo que se ocultó en el auto de su tío.