La diputada Verónica Mercado se sumó a las opiniones que generó a nivel nacional las expresiones del Javier Milei quien afirmó días pasados que el comercio de niños "de acá a 200 años se podría debatir".

Al respecto la diputada catamarqueña señaló: "después de hablar con desparpajo sobre la venta de órganos, ahora se refirió a  la venta de niños y niñas en nuestro país, y la cosificación de las infancias. Expresiones de semejante calibre, merecen el más enérgico repudio del sistema político y de la sociedad en su conjunto", destacó la legisladora.
"El diputado no solo desconoce la constitución nacional y las leyes que reconocen  derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes.

En el año 2003 el Congreso de la Nación sancionó la ley 25763 por la que  aprobó el Protocolo Relativo a la Venta de Niños, la Prostitución Infantil y la Utilización de los Niños en la Pornografía, complementario de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño aprobada por ley 26061 y que tiene raigambre constitucional de acuerdo a la Constitución Nacional de 1994", agregó.

"Que un diputado de la  Nación exprese semejantes dichos, relativizando e intentando abrir debate sobre aberrantes hechos criminales, es de una gravedad que subrayamos y no podemos dejar pasar y constituyen una transgresión brutal, una prueba hacia los límites de una sociedad que tiene que garantizar el bienestar de los sectores más vulnerables", insistió Mercado tras solicitar que el Congreso sancione al diputado libertario  "ya que sus actos  constituyen un agravio a las instituciones y el desconocimiento severo de las normas y  pactos internacionales".

"Ocupar una banca es una enorme responsabilidad, porque no solo implica la madurez necesaria para reflexionar y opinar con criterio sobre los hechos graves que atentan contra la sociedad. Implica una cuota de sentido común, criterio, seriedad y sobre todo respeto. A las infancias que merecen nuestra mirada responsable y contenedora; a las familias que padecen cotidianamente la horrenda realidad de perder un hijo o una hija que quizá jamás podrán volver  a ver. Y sobre todo, respeto a los ciudadanos que nos votan y nos exigen cordura ante temas tan sentidos. Uno podría pensar que sugerir siquiera tamaña aberración como la venta de un niño por parte cualquier ciudadano es, por lo menos, temerario. Viniendo de un legislador, es además vergonzoso, repudiable y digno -necesario- de ser sancionado", sentenció.