“Admitir inflación y ahorra emisión”. Bajo esa premisa, el diputado nacional por Juntos por el Cambio Federico Angelini presentó un proyecto de ley para que el Gobierno adopte medidas que conduzcan a la creación de billetes de 2000, 5000, 10.000 y 20.000 pesos. “Le ahorraría al Estado unos US$ 400 millones en costos de emisión”, aseguró el parlamentario.
A través de una publicación en las redes, Angelini sostuvo: “El Gobierno debe admitir la inflación actual, sin buscar culpables ajenos, e imprimir billetes de mayor denominación que le permita ganar en costos, espacio, seguridad y tiempo a pymes, bancos, comercio".
En este contexto, el parlamentario opositor señaló que mientras que el billete de $1000 en 2017 equivalía a unos US$57. “Hoy, con el mismo billete, se pueden comprar US$ 4 blue y US$9,5 oficial”, señaló Angelini, y remarcó: “Así, el billete de mayor denominación en Argentina es el segundo de menor valor en Latinoamérica, después de Venezuela”.
El proyecto de Angelini, que fue acompañado con la firma de otra veintena de diputados de Juntos por el Cambio, no se trata del primero. El último mes de diciembre, el parlamentario Gerardo Milman -también de la coalición opositora- presentó una iniciativa similar. “Dispóngase la emisión y puesta en circulación de los billetes de curso legal de $2000, $5000 y $10.000″, reza el trámite parlamentario en la mesa de entrada de la Cámara de Diputados.
La caída del poder de compra del billete de máxima denominación tiene consecuencias que van mas allá de la inflación. Según advierten desde bancos, comercios y firmas que transportan caudales, como cae el poder de compra de los billetes, se necesitan más unidades para comprar los mismos bienes que tiempo atrás, en una dinámica que vuelve más caro y engorroso diferentes procesos.
En los cajeros, hay más ocasiones de uso, se vacían más rápido y deben ser recargados con mayor frecuencia. Así, es habitual encontrar terminales sin efectivo y los desperfectos técnicos se acentúan.