“Lo que se hizo fue ratificar el fenomenal ajuste que generó sobre los beneficios de jubilaciones y pensiones el Poder Ejecutivo durante este año”. Así definió Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad, la aprobación por parte del Congreso de la nueva fórmula de movilidad que actualizará las jubilaciones y pensiones a partir del año que viene.

“En 2020, la emergencia y los decretos hacia la baja generaron, según el propio Poder Ejecutivo un ahorro de $100.000 millones para el sistema. A confesión de parte, relevo de prueba. Son $100.000 millones menos que se les pagó a los jubilados”, señaló Semino.

En diciembre de 2019, apenas asumió, el Gobierno de Alberto Fernández estableció la suspensión de la fórmula de movilidad que estaba vigente en ese momento y, por lo tanto, durante 2020 los aumentos a las jubilaciones se aplicaron a través de decretos.

Según la fórmula aprobada el martes por el Congreso, las jubilaciones y pensiones se actualizarán en forma trimestral según un índice que combina un 50% de la recaudación de la Anses y otro 50% de la variación salarial medida por la evolución de los salarios formales que realiza el Ministerio de Trabajo (RIPTE) y de los salarios que mide el Indec. Sin embargo, no está contemplada la evolución de la inflación.

“El debate de la fórmula es falaz y encubre cuestiones que no tienen que ver con los jubilados y con la seguridad social, sino con ver cómo la cuenta de la seguridad social tiene una incidencia decreciente en el PBI, que esto es lo que necesita seguramente el Gobierno para saldar cuentas y pagar deuda”, indicó Semino.

Sobre la posibilidad de que se generen reclamos judiciales, en el caso de que las jubilaciones pierdan frente a la inflación, el defensor de la Tercera Edad señaló que la litigiosidad comenzó “de hecho” a partir de los reajustes por decreto que se aplicaron desde marzo, con índices decrecientes. “Las jubilaciones mínimas recibieron un 11,56% que era lo que les correspondía por ley, pero las máximas que eran de $103.000 recibieron el 3,7%. Esas escalas decrecientes, sobre todo para las jubilaciones medias y más altas, ya están hoy litigando”, detalló Semino.

También recordó que este año la Defensoría impulsó un amparo colectivo que, vía per saltum, llegó a la Corte Suprema de Justicia a mediados de marzo pasado. Sin embargo, no hubo un avance en ese expediente.

“En cuanto a la nueva fórmula, ya conocemos el comportamiento. En años de alta inflación, los jubilados perdieron. Un poco en 2012, bastante en 2014 y, sobre todo, en 2016?, detalló Semino en relación a la fórmula que se aplicó entre 2008 y 2017 y que era similar a la que se usará a partir de 2021.

Con todo, Semino también criticó la fórmula que se aplicó entre 2017 y 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, que incluía en su índice a la inflación. “Lo mismo ocurrió con la fórmula de 2017, donde si bien el gran componente era la inflación, lo que vimos es que primero se le robó 6 puntos en el factor de empalme del cambio de fórmula en diciembre de 2017. Y después, en 2018 y 2019, cuando se desbocó la inflación perdieron 20 puntos que supuestamente podían ser recuperados este año, sobre todo en el primer semestre y ahí, para continuar la política de quitas a los haberes se suspendió la ley y se ratificó esta política de reajustes hacia la baja”, explicó.

Hacia adelante, Semino advirtió que las dos variables centrales de la nueva fórmula son “crípticas”, sobre todo el coeficiente sobre el cual se dividen que la cantidad de beneficios de la Anses. “Se pueden subir o bajar los beneficios según quieran hacer subir o bajar el resultado de la fórmula”, agregó.

“El problema de base es que tenemos 4,5 millones de jubilados que cobran $19.000. En diciembre de este año, están cobrando $19.000 que es lo mismo que en diciembre del año pasado. En ese momento, las mínimas eran de $14.000 y se les dio un bono de $5.000. Pasó un año”, precisó. Según sus cálculos, en marzo del año que viene, los jubilados podrán recibir un ajuste de 6,5 puntos y medio, que representa $1.200 o $30 por día.

Semino también recordó que el 80% de los muertos por Covid-19 que hubo este año en la Argentina son jubilados y adultos mayores. “Cientos de miles tuvieron la enfermedad y hoy tienen comorbilidades que nadie, ni PAMI ni las obras sociales atienden. A las familias que pueden ayudarlos también les cayeron los ingresos por la pandemia. A pesar de todo eso, al jubilado se le sigue sacando lo elemental”, concluyó. (Fuente Infobae)