Desde 1995 se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, instituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para generar conciencia sobre los problemas sin resolver que afectan a esas poblaciones, que reúnen a unos 370 millones de personas.
La fecha fue instituida en 1994, mediante la resolución 49/214, en conmemoración a la primera reunión del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Poblaciones Indígenas, realizada en 1982.
“Los pueblos indígenas son herederos de una gran diversidad lingüística y cultural, así como de costumbres y tradiciones ancestrales. A pesar de su diversidad, la mayoría de los pueblos indígenas comparten aspectos comunes importantes”, explica la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
“Entre ellos”, continúan, “la forma de relacionarse con sus territorios tradicionales y su entorno, así como la voluntad de preservar sus formas de organización, sus valores culturales, sociales y económicos que con frecuencia son diferentes a las normas que predominan en las sociedades en las que viven.”
“Aunque plurales, los pueblos indígenas comparten desafíos similares al momento de defender el reconocimiento y protección de sus derechos fundamentales. En la actualidad los pueblos indígenas se encuentran sin duda entre las poblaciones más vulnerables y perjudicadas del mundo. La comunidad internacional reconoce que se necesitan medidas especiales para proteger sus derechos, mantener sus culturas y sus formas de vida. Este día internacional es una oportunidad para crear conciencia sobre su situación precaria”, explican.
Según datos publicados por la ONU, el 47% de todas las personas indígenas que trabajan no tienen educación, frente al 17% de sus homólogos no indígenas. Brecha que es aún mayor en el caso de las mujeres.
A su vez, informaron que más del 86% de las personas indígenas de todo el mundo, en comparación con el 66% de sus homólogos no indígenas, trabajan en la economía informal. Además, tienen casi tres veces más probabilidades de vivir en condiciones de extrema pobreza que sus homólogos no indígenas.
Los pueblos indígenas se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables del mundo, y la pandemia del Covid-19 los afectó de manera desproporcionada, situándolos en un contexto de particular exclusión y marginalidad.
En el ámbito del MERCOSUR, en el 2014, fue creada -por decisión del Mercado Común- la Reunión de Autoridades sobre Pueblos Indígenas (RAPIM), considerando la necesidad de generar un encuentro de los pueblos indígenas y el tratamiento de los temas que les son pertinentes, a efectos de promover su participación activa en el proceso de integración regional.
La RAPIM tiene como función “coordinar discusiones, políticas e iniciativas que beneficien a los pueblos indígenas de los Estados Partes, así como promover su interconexión cultural, social, económica, política e institucional en el marco del proceso de integración regional”.
La reunión especializada es coordinada por representantes gubernamentales designados por los Estados Partes y cuenta con participación de los pueblos indígenas y el apoyo técnico del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del MERCOSUR (IPPDH).
Entre otros temas prioritarios, la agenda de la RAPIM aborda las perspectivas de políticas públicas en la plurinacionalidad/pluralidad y diversidad étnica, multiculturalidad e interculturalidad, y la situación de personas indígenas que no cuentan con documentación y políticas orientadas a la identificación y registración. Al respecto, cabe destacar la aprobación en 2019 de la Declaración sobre el Registro Civil de Nacimientos de los Pueblos Indígenas del MERCOSUR.