El papa León XIV inició oficialmente su pontificado este jueves con una misa solemne en la Capilla Sixtina, acompañado por los cardenales que participaron en su elección. En su primera homilía como Sumo Pontífice, rindió homenaje a su antecesor, el papa Francisco, y convocó a toda la Iglesia a renovar su compromiso de fe con alegría y entrega.
"Este es el mundo que se nos ha confiado, en el que, como tantas veces nos ha enseñado el Papa Francisco, estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe gozosa en Jesús Salvador", expresó León XIV durante la tradicional misa Pro Ecclesia, primera liturgia pública del nuevo pontificado.
Citando el Evangelio de Mateo, subrayó la importancia de afirmar con convicción: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16,16). Para el nuevo Pontífice, esta declaración debe vivirse tanto en la intimidad personal como en la misión comunitaria de la Iglesia: "Es fundamental hacerlo, ante todo, en nuestra relación personal con Él, en el compromiso de un camino diario de conversión. Pero también, como Iglesia, viviendo juntos nuestra pertenencia al Señor y llevando la Buena Nueva a todos".
En un tramo central de su mensaje, León XIV delineó el papel que, según su visión, debe asumir la Iglesia en el mundo contemporáneo: "En particular, Dios, llamándome mediante vuestro voto a suceder al Primero de los Apóstoles, me confía este tesoro para que, con su ayuda, sea su fiel administrador en beneficio de todo el Cuerpo místico de la Iglesia; para que sea cada vez más una ciudad asentada sobre un monte, un arca de salvación que navega entre las olas de la historia, un faro que ilumina las noches del mundo".
Con esta homilía inaugural, el nuevo Papa dejó entrever algunas claves de su pontificado: continuidad con el legado de Francisco, énfasis en la fe vivida con alegría, y una Iglesia comprometida con su misión espiritual en medio de los desafíos del presente.
