El Papa León XIV renovó este domingo su llamado global a la paz y exhortó a los fieles a no resignarse ante la violencia, la guerra y el sufrimiento que golpean a diversas regiones del planeta. Tras el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Pontífice alertó sobre el riesgo de "acostumbrarse" a la destrucción, y pidió mantener viva la conciencia frente al dolor ajeno. "No podemos acostumbrarnos a la guerra y la destrucción", expresó ante miles de fieles reunidos en el Vaticano.
Según informó la Agencia Noticias Argentinas, el Santo Padre retomó su catequesis dominical para denunciar las situaciones de discriminación y persecución que todavía afectan a los cristianos en distintas partes del mundo. Mencionó en particular los casos de Bangladesh, Nigeria, Mozambique y Sudán, países de los que "frecuentemente llegan noticias de ataques contra comunidades y lugares de culto". Frente a este escenario, reafirmó que "Dios es un Padre misericordioso y desea la paz entre todos sus hijos", e instó a las autoridades y a las comunidades religiosas a trabajar activamente en la convivencia y el respeto.
Uno de los tramos más duros de su mensaje estuvo dirigido a la República Democrática del Congo, donde recientemente se registró un violento episodio en la provincia de Kivu del Norte. Allí, un ataque perpetrado por las ADF (Fuerzas Democráticas Aliadas) contra un centro de salud diocesano administrado por religiosas dejó al menos veinte muertos. El Papa detalló que "decenas de mujeres fueron asesinadas en la maternidad y la devastación continuó en el pueblo", una imagen que describió como un símbolo del sufrimiento persistente que atraviesa la región. "Oremos para que cese toda la violencia y los creyentes trabajen juntos por el bien común", pidió.
León XIV también dedicó un tramo de su reflexión a la guerra en Ucrania, un conflicto que se mantiene activo desde 2022 y que continúa dejando víctimas civiles. El Papa lamentó los bombardeos recientes —incluido un ataque en Kiev entre el jueves y el viernes— y advirtió que estos episodios afectan gravemente a la población, "incluidos los niños", además de provocar daños sobre infraestructura esencial y dejar a numerosas familias sin hogar en pleno invierno europeo. En ese marco, reiteró su reclamo para poner fin a la "martirizada Ucrania" y convocó a orar por una "paz justa y estable". Su frase, repetida con énfasis, volvió a marcar el tono de la jornada: "¡No podemos acostumbrarnos a la guerra y a la destrucción!".
Hacia el final de su intervención, el Pontífice extendió su pensamiento y sus oraciones hacia Perú, donde un grave accidente de tránsito ocurrido cerca de Ocoña, en el sur del país, dejó al menos 37 muertos y 13 heridos. El hecho se produjo cuando un autobús cayó por un barranco, provocando una de las tragedias viales más severas del año en la región. "Que el Señor acoja a los fallecidos, fortalezca a los heridos y consuele a las familias en duelo", expresó León XIV, quien volvió a remarcar la importancia de acompañar a las comunidades afectadas y sostener la solidaridad internacional frente a los episodios de dolor humano.
El mensaje completo del Papa, centrado en la paz, la compasión y la solidaridad, se inscribe en una serie de intervenciones recientes en las que el Pontífice insistió en la necesidad de frenar la escalada de violencia en el mundo y promover una cultura de diálogo. Su llamado dominical reforzó esta línea, con el foco puesto en no naturalizar aquello que debería conmover a toda la humanidad.