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Esta semana

Massa relanzará la campaña en Tucumán con gobernadores del NOA

El acto será el viernes en la vecina provincia. El gobernador local, Juan Manzur, está a cargo de la organización. Fuerte apoyo político de los mandatarios, que pidieron más presencia en el territorio.

04 Septiembre de 2023 07.21

El próximo viernes Sergio Massa viajará a Tucumán para relanzar su campaña electoral. Comienza el segundo tramo de un proceso que terminará el viernes 20 de octubre, dos días antes de que los argentinos vuelvan a votar un candidato a presidente en las elecciones generales.

El acto lo está armando el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, que decidió hacerse cargo de mover las estanterías de una estructura dañada. Según afirman en el comando de campaña de Unión por la Patria (UP), el ex Jefe de Gabinete se sumará a la campaña con un rol importante. Estará inmiscuido en los pormenores de la estrategia federal.

Después de las derrota en las PASO, el ministro y candidato estuvo enfocado en la gestión económica. El nuevo acuerdo con el FMI, el lanzamiento de un paquete de medidas para contrarrestar los efectos de la devaluación y algunas recorridas para mostrar activo su doble rol en este tramo del proceso electoral. Pero llegó el momento de empezar a apretar el acelerador.

Desde el lunes posterior a la derrota en los comicios, Massa inició una serie de reuniones con gobernadores oficialistas en su despacho del quinto piso del Palacio de Hacienda. Mano a mano. Todas con el objetivo de conocer el estado de las gestiones locales, realizar un análisis de las elecciones primarias y proyectar el segundo tramo de la campaña.

El gran objetivo del ministro es crecer en el norte grande, un zona geográfica de gran importancia para el peronismo. ¿El motivo? Entienden que marcar la diferencia en ese sector del país les permitirá compensar la derrota asegurada en la franja centro, donde la mayoría de los votantes de Entre Ríos, Córdoba, Mendoza y Santa Fe - los principales distritos electorales de la Argentina - ya se inclinaron por los candidatos de la oposición en las elecciones primarias.

Javier Milei se quedó con el triunfo en Tucumán, La Rioja y Salta, mientras que Massa ganó en Catamarca, Chaco y Formosa. Por eso en UP) entienden que es importante dar un salto en la cantidad de los votos que obtuvieron en las PASO. En gran medida, entienden que el porcentaje de ausentes les jugó una mala pasada. La gente no fue a votar. “Ahora los gobernadores se juegan a que entren los diputados y senadores que les responden. Tienen mucho para crecer en sus provincias. Tienen que jugar a fondo por la boleta nacional y lo tienen que hacer porque ahora juegan por los porotos, no como en las PASO”, sentenció un importante funcionario del gobierno nacional muy cercano a Massa.

Antes de las elecciones primarias había un sabor agridulce entre los gobernadores respecto al desarrollo de la campaña. Consideraban que no se había acelerado a fondo y que faltaban recursos para mover toda la maquinaria electoral. Movimiento que muchos ejecutaron cuando se llevaron a cabo los comicios provinciales que fueron desdoblados de la elección nacional. Esta señal de apoyo y empuje va en sintonía con la necesidad de tener más presencia en cada una de las provincias.

Ahora en el comando de UP asumen que es determinante que esa estructura política territorial se mueva en su máxima expresión. Que se concrete, con precisión de cirujano, el ejercicio de buscar el voto casa por casa. Un trabajo territorial que los gobernadores saben coordinar bien y que podría lograr aumentar la cantidad de votos en los lugares más recónditos de las provincias norteñas. El peronismo busca votos en todos lados, en todas las peceras.

Massa necesita que los gobernadores cierren filas para fortalecer su candidatura presidencial, mientras que los mandatarios necesitan que el ministro de Economía se ponga al frente de la campaña y milite la boleta en el territorio. Se necesitan de ambas partes por el interés común y propio. Para los gobernadores es determinante que ingresen los legisladores que van en la boleta nacional y que son la llave para negociar leyes en el Congreso. Para el ministro es importante que los dirigentes con votos sostengan su proyecto.

Además de relanzar la campaña, el acto será utilizado para movilizar y levantar el ánimo de la militancia, golpeada después de la derrota y preocupada por las proyecciones inflacionarias y electorales que surgen desde el corazón del peronismo. Números que nublan las expectativas del futuro inmediato.

La convocatoria para el acto del viernes y las actividades que se realizarán el sábado fue hecha por los gobernadores. Massa no solo lo aceptó de inmediato sino que lo entendió como un gesto de respaldo político en un momento donde la gran mayoría de la dirigencia oficialista está en silencio. Es además un movimiento político que le da vida a su plan de realizar un gobierno de unidad nacional.

Con perfil bajo, quien viene manejando el nexo con los gobernadores es Raúl “Cabezón” Pérez, uno de los dirigentes más cercanos a Massa y actual funcionario del ministerio de Economía. Luego de las PASO se dedicó a comunicarse con los gobernadores y pedirles los motivos de la derrota, para poder trazar un panorama desde Buenos Aires y generar una nueva hoja de ruta en la campaña.

Esta semana en el peronismo se empezará a reacomodar las piezas de un rompecabezas desgastado. La importancia del acto de los gobernadores está en el trabajo de campo que se viene, más que en la foto. El gesto es positivo porque rompe el ausentismo político de los principales referentes de UP y muestra la unidad del espacio político en el medio de la derrota.

Pero la clave del encuentro está en que sea el punto de partida de un barrido territorial para buscar votos y apoyo. El rival es Javier Milei. Para el peronismo Patricia Bullrich está fuera de carrera. El gran objetivo es evitar que el dirigente libertario rompa el escenario - otra vez - y se quede con la presidencia en primera vuelta.

Empieza la etapa en la que intentarán desarmar las propuestas del libertario y cautivar a los enojados. Una tarea extremadamente compleja en un contexto donde la mayoría de los electores se inclinaron por un cambio de gobierno. Sin embargo, para el peronismo la moneda aún está en el aire. El partido es largo y complicado, pero no se terminó.