En el país hay 228 mujeres por cada 100 hombres mayores de 80 años
El Indec describió la realidad de las argentinas en el mes dedicado al género femenino. Ellas son mayoría entre los estudiantes y graduados de la universidad.

Marzo es el mes de la mujer por extensión de la conmemoración del 8-M. En ese ámbito, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó un informe demográfico especial que retrata la situación de las argentinas. El dosier estadístico presenta una variedad de datos de interés. Entre ellos se destaca que en general hay más mujeres que hombres en el país (107 contra 100), pero esa proporción se desequilibra en la vejez. Si sólo se mira a los mayores de 80, se encuentra que hay 228 mujeres cada 100 varones en la Argentina.

El informe del Indec aborda cuatro ámbitos: el perfil demográfico; el perfil y las trayectorias educativas de las mujeres; el trabajo remunerado y la autonomía económica, y los acuerdos familiares y demandantes de cuidado. Al final se incluye un glosario de términos. Esta publicación del organismo estatal oficializada durante el Día Internacional de la Mujer llamó la atención por contrastar con las críticas al feminismo y las políticas de ajuste en el área de género que ejecutó el Gobierno de Javier Milei.

Ellas quieren educarse

El aumento en la esperanza de vida de las mujeres va de la mano de la persistente baja natalidad. El Indec determinó que entre 2001 y 2022 (año del último censo), el promedio de nacimientos bajó de 1,7 a 1,4. Esto refleja, según el informe, los cambios en las decisiones de mujeres y en las prácticas reproductivas. Entre 2001 y 2022, el porcentaje de mujeres de entre 19 y 24 años sin hijos aumentó del 61,8% al 71,7%, mientras que entre las mujeres de entre 25 y 29 años pasó del 36,7% al 44,9%.

En cuanto a las trayectorias educativas, el dosier estipula que las mujeres acceden a una educación formal en un porcentaje más alto que los hombres, además de que egresan en mayor medida. Las carreras más solicitadas por ellas son las que tienen que ver con las ciencias sociales y de la salud, pero hay una diferencia en las carreras de STEM (ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas por sus siglas en inglés), que siguen siendo mayoritariamente masculinas. 

Si bien el porcentaje de niñas y niños en la educación primaria es el mismo, con el 99,2% en ambos casos, la distancia favorable a las mujeres se comienza a ver a partir de la educación secundaria, ya que entre los 12 y los 17 años, el 97,3% de las chicas continúan sus estudios, mientras que en los chicos el porcentaje disminuye al 95,3%. Finalmente, entre los 18 y 24 años aparece la brecha más grande, ya que en este rango etario, el 50% de las mujeres asiste a una educación superior formal, en contraste con el 42,8% de los varones. El 36,4% de las universitarias concluye sus estudios contra el 29,3% de los varones. 

Otras cifras vinculadas con la educación: el 85% de las niñas y el 78% de los niños afirman que les gusta asistir a clases. El 90% de las mujeres que cursan o cursaron el último año de secundaria tienen pensado seguir estudiando, porcentaje que disminuye al 77% en el supuesto de los hombres. Por otro lado, ellas también representan el 61% de nuevos estudiantes inscriptos en estudios superiores, el 61,5% de estudiantes totales y el 64% de estudiantes egresados, es decir que de 10 inscriptos, seis son mujeres.

El Indec define por autonomía económica la capacidad de generar ingresos, hacer uso de recursos, disponer libremente del tiempo y alcanzar el pleno desarrollo. Pese a que las mujeres poseen niveles de estudios mayores a los hombres, su participación en el mercado de trabajo es menor mientras que son la mayoría en el segmento de la subocupación. El 35,7% de mujeres de entre 14 y 29 años participa en el mercado laboral, mientras que entre las edades de 30 y 64 años el porcentaje asciende al 65,6%, pero desciende drásticamente a solo el 9,6% en mayores de 65 años. A su vez, la desocupación afecta mucho más a las mujeres que a los hombres, ya que el 7,5% de mujeres sufren de desocupación laboral, a diferencia del 5,5% de los hombres, mientras que las tasas de subocupación ascienden al 14,1% en mujeres y a apenas al 8,8% en hombres. 

Informalidad laboral y mayores cargas familiares

Además, el 40% de las mujeres de más de 14 años asalariadas cuentan con un empleo informal. Esto provoca que muchas no puedan acceder a una jubilación, por lo que casi el 90% de ellas debe buscar una moratoria previsional. Ello se traduce en haberes más bajos. Hasta diciembre de 2024, la jubilación ordinaria con moratoria ascendía a $ 327.043 mientras que la que emerge de aportes realizados en trabajos formales  llegaba a $ 651.471. El Indec advirtió que mientras que el haber medio jubilatorio de un hombre es de $ 565.212, el de una mujer es de $ 413.944.

"Las tareas domésticas y de cuidado al interior de los hogares forman parte del trabajo no remunerado. Las estrategias de cuidado condicionan la inserción en el mercado laboral de los miembros del hogar, según la cantidad de integrantes que las requieran y la posibilidad de compartirlas con otras personas o instituciones", explicó el Indec. La distribución de estas cargas es desigual: el 92% de las mujeres mayores de 14 años se ocupa de cuidar a diferencia del 75% de los hombres. Ellas dedican, en promedio, seis horas con 12 minutos diarios a esta labor, mientras que en varones, el tiempo es de la mitad, unas tres horas con 40 minutos. El Indec detalló que las mujeres que viven en hogares con población demandante de cuidado destinan 4 horas más a tareas de trabajo no remunerado que los varones que viven en los mismos espacios