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Bienestar Emocional

¿Por qué es importante acompañar el crecimiento de los chicos con mascotas?, mirá sus beneficios

Es una compañía fiel que equilibra las emociones de los niños, como así también estimula su aprendizaje y ayuda a que ocupen desde pequeños un rol responsable en la familia al tener que cuidar de su mascota.

29 Diciembre de 2023 15.31

Las mascotas, en general, son una compañía para quien las tienen. Pero en el caso particular de los más pequeños, además, suelen ser uno de sus juguetes más preciados. Son muchos los beneficios que presenta una mascota que acompaña el crecimiento de los chicos, generando no sólo altos valores emocionales sino también aspectos que tienen que ver con las responsabilidades que los niños aprenden a tener.

Una mascota en la casa ayuda al buen desarrollo de los chicos, los lleva a cumplir un rol social y empático con respecto al otro, porque deben cuidar de su mascota (como la mascota también los protege, algo que se ve muy claro en los perros) y potencia la seguridad con la que los niños van creciendo.

El consejo tanto de pediatras como de veterinarios es que el vínculo se genere desde la mayor edad temprana posible del niño y que los adultos integren con naturalidad al animal a la vida de la familia, para evitar que tanto el chico como la mascota crezcan en un marco de desconfianza y falta de armonía.

 

Cuáles son los principales beneficios de los chicos que crecen con una mascota

 

  • Con una mascota, los chicos encuentran una estimulación distinta a la que tienen con sus padres. En especial en la actitud pares que ofrecen los animales y en el incentivo sensorial: una mascota es un amigo dispuesto al juego, al cariño o a la compañía silenciosa, siempre dispuesta a prestar atención a su niño.
  • Estabilizan emocionalmente a los chicos, quienes mejoran su capacidad de relacionarse con el prójimo a medida que van creciendo. Un perro o un gato, por nombrar las dos mascotas más comunes en el contexto de una vida familiar, predisponen a los chicos a la alegría y les disminuyen las tristezas y los temores propios de la edad, porque se genera un lazo de afecto muy fuerte.
  • En tiempos tan electrónicos, donde los niños encuentran en celulares, computadoras y tabletas grandes aliados para el esparcimiento mental, la mascota se vuelve clave para sacar al chico de un espacio que puede convertirse en vicio. A su manera, el animal le demanda al niño un tiempo de juegos que, además, potencia el ida y vuelta afectivo.
  • También en el marco del sedentarismo que puede provocar el uso de dispositivos electrónicos en los niños, la mascota, el perro especialmente, obliga al chico a realizar actividad física, al acompañar al animal a una plaza, a caminar por la calle o a jugar con intensidad en la propia casa, para quienes dispongan de ese espacio en sus hogares.
  • La mascota suele ser muy guardiana de los niños, y muy especialmente de los recién nacidos. Los bebés, a medida que comienzan a crecer, experimentan una interacción muy divertida con los animales que, a la vista de los adultos, se dejan hacer cualquier cosa por los más chiquitos de la casa. Éstos les tironean las orejas, los abrazan torpemente, y el animal solo devuelve paz y una ternura con la que ese niño crece. Esa fidelidad también es sinónimo de protección.
  • El chico aprende más rápido a asumir responsabilidad y a ocupar roles familiares. Puede ser el encargado de recargar el agua para su mascota o saber el horario en que el animal va a demandar comida. Incluso, estar atento al momento en que, en el caso de los perros, éstos necesitan salir a hacer sus necesidades. Estas funciones mejoran la conducta de niño quien está acostumbrado a que sus padres resuelvan por ello. Y, cuando se trata de una mascota, son ellos los que deben resolver.
  • Habitualmente, las mascotas viven el lapso de que dura la infancia de los chicos. Esto pone a los niños ante determinados acontecimientos importantes que los ayudan a comprender mejor situaciones propias de la vida que muchas veces los adultos no saben cómo afrontar. Un animal va a crecer con el pequeño pero, naturalmente, va a envejecer más rápido, se va a enfermar y va a morir. Esto, aun en la tristeza, es una enseñanza para toda la vida.

Muchos especialistas sostienen que, a pesar de que los animales son transportadores en el día a día de bacterias y gérmenes, no es algo necesariamente malo para los chicos, aun a riesgo de poder enfermarse. Precisamente, estar en contacto con estos actores patógenos o alergenos desde niños genera un importante robustecimiento del sistema inmune (lógicamente, con los cuidados del caso que deben tomar los adultos, ante la posibilidad de alguna reacción alérgica del niño).

(Fuente: Infobae)