El legado del papa Francisco no solo se mide por su labor pastoral y su visión reformista en la Iglesia católica, sino también por los pequeños gestos que marcaron su vida, como el uso de un sencillo anillo de plata. Esta pieza, cargada de simbolismo, acompañó a Jorge Bergoglio desde sus días como arzobispo de Buenos Aires hasta su descanso eterno en el Vaticano.
Víctor Bugge, reconocido fotógrafo argentino con 48 años de trayectoria retratando a los presidentes de su país, compartió recientemente una conmovedora anécdota sobre el pontífice argentino en una entrevista con TN. Su relato revela un aspecto poco conocido pero profundamente humano del papa Francisco, capturado a través de su lente y su sensibilidad.
Un anillo sencillo en medio de la grandeza vaticana
Durante una visita a Roma en 2014, en plena Semana Santa y en el contexto de la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, Bugge acompañó al papa Francisco durante 15 días de intensas actividades. Gracias a un permiso especial otorgado de puño y letra por el propio pontífice, el fotógrafo argentino tuvo acceso a momentos íntimos y escenarios emblemáticos del Vaticano.
En medio de esa experiencia única, Bugge notó un detalle que pasaba desapercibido para la mayoría: Francisco no lucía constantemente el tradicional anillo del Pescador, símbolo del papado. Si bien utilizaba una versión de plata dorada durante las ceremonias oficiales, apenas terminaban, el papa se quitaba discretamente ese anillo para volver a colocarse el suyo, un modesto anillo de plata que había llevado durante su servicio en Buenos Aires.
Ese pequeño gesto de preferir su anillo de obispo frente a los símbolos de poder representaba, según Bugge, la profunda humildad, coherencia y fidelidad a sus orígenes que caracterizaron siempre a Jorge Bergoglio.
La confirmación emotiva: el anillo en su despedida
La carga simbólica de este objeto alcanzó su máxima expresión tras el fallecimiento del papa Francisco. Al observar una imagen del pontífice en su lecho final, Bugge amplió la fotografía y pudo confirmar que, en su mano derecha, envolviendo su dedo anular, estaba aquel mismo anillo de plata de sus años en Argentina.
El sencillo anillo, rodeado por un rosario, simbolizaba el cierre de un círculo vital lleno de humildad, lejos de los excesos materiales y cerca de sus convicciones más profundas.
Bugge expresó su profunda emoción al descubrir este detalle: "Ese objeto sencillo sintetiza quién es él: humildad, coherencia y fidelidad a sus orígenes". Una afirmación que refleja no solo la percepción pública de Francisco, sino también la íntima y personal de quienes pudieron conocerlo de cerca.
Francisco: un legado de humildad y autenticidad
La historia del anillo de Jorge Bergoglio no es solo una anécdota emotiva; representa la esencia de un líder espiritual que eligió vivir con sencillez y mantenerse fiel a sus raíces, incluso en el trono más alto de la Iglesia católica.
A través de este pequeño pero poderoso símbolo, el papa Francisco deja un testimonio imborrable de valores fundamentales en tiempos donde la imagen y la ostentación muchas veces eclipsan lo esencial.