La ciudad de Buenos Aires vivió este miércoles una jornada inolvidable con la presencia de Simone Biles, la gimnasta más ganadora de medallas olímpicas y mundiales de la historia. En el marco de la designación de la capital argentina como Capital Mundial del Deporte 2027, la estrella estadounidense brindó una charla motivacional en la sede del Gobierno porteño, donde cautivó al público con su autenticidad, carisma y un mensaje profundo sobre la importancia de la salud mental.
El auditorio de Parque Patricios estaba colmado de deportistas, entrenadores, jóvenes y fanáticos que la recibieron de pie, con una ovación. Biles, de 27 años, se mostró distendida, agradecida y sonriente: "Estoy muy emocionada de estar acá", dijo al comenzar. Durante casi una hora repasó su vida, desde los primeros pasos en la gimnasia —a los seis años, por casualidad— hasta su consagración como una de las atletas más influyentes del siglo.
Con su característico sentido del humor, la gimnasta contó detalles de su estadía en el país: su paseo por Buenos Aires y su paso por la parrilla Don Julio, a la que eligió "por un video de TikTok". Entre risas, destacó: "El servicio fue increíble, el vino aún mejor y la carne... ¡del tamaño de mi cabeza! Diez de diez".
Sin embargo, el momento más poderoso llegó cuando abordó el tema de la salud mental en el deporte, una causa que impulsó desde los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuando decidió priorizar su bienestar antes que la competencia. "Estaba en la mejor forma física de mi vida, pero no mental. Aprendí que hablar de eso no es debilidad, es fortaleza", expresó. Su testimonio emocionó al auditorio, donde se encontraban figuras del deporte argentino como Paula Pareto, Belén Succi, Andrés Kogovsek y Daniel Villafañe, además del delantero de Boca Juniors, Edinson Cavani, quien luego la conoció personalmente y le obsequió una camiseta del club.
En otro pasaje de la charla, Biles se permitió reírse de sí misma: confesó que "odia entrenar" y que hace "trampa" en Pilates, pero enseguida alentó a los más jóvenes: "No hagan lo mismo, escuchen a sus entrenadores". También habló de su esposo, el jugador de la NFL Jonathan Owens, de su rutina doméstica y del equilibrio que busca entre su vida personal y profesional.
Sobre su futuro, fue cauta pero esperanzada: "No sé aún si estaré en Los Ángeles 2028. Estaré allí, pero no sé si sobre la colchoneta o en la tribuna".
El cierre fue tan emotivo como espontáneo. Una niña que había seguido toda la charla entre lágrimas pidió saludarla. Biles no dudó: la abrazó, le firmó su malla y la consoló con ternura. La imagen resumió la esencia de la atleta: talento, humildad y empatía.
Reconocida como "Huésped de Honor" por el jefe de Gobierno, Jorge Macri, Simone Biles dejó una huella en Buenos Aires, no solo por sus logros deportivos, sino por su mensaje de humanidad y superación. "Todo pasa por una razón", dijo. Y, para muchos, su paso por la Argentina fue una de ellas.