Kim Jong-un exhibió un impactante submarino nuclear de 8.700 toneladas
El líder norcoreano inspeccionó un imponente sumergible de propulsión nuclear junto a su hija Kim Ju-ae, en una nueva demostración de poder militar. La visita coincidió con señales de respaldo desde Moscú y se da en un contexto de creciente tensión con Corea del Sur y Estados Unidos.

Kim Jong-un volvió a enviar un mensaje contundente al escenario internacional al visitar una base de fabricación de submarinos de propulsión nuclear, donde supervisó la construcción de un imponente sumergible estratégico de 8.700 toneladas. La recorrida, difundida ampliamente por la prensa estatal, fue presentada como una muestra del avance tecnológico y militar de Corea del Norte, en medio de un escenario regional marcado por la tensión y la reconfiguración de alianzas.

El líder norcoreano estuvo acompañado por su hija Kim Ju-ae, quien en los últimos meses ha ganado protagonismo en apariciones oficiales y es considerada por analistas internacionales como una posible heredera del poder. La escena, cuidadosamente planificada y difundida por los medios del régimen, refuerza tanto el mensaje de continuidad política como la voluntad de Pyongyang de exhibir su fortaleza militar.

Según las imágenes difundidas por la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA), Kim recorrió una plataforma de montaje cubierta, rodeado de altos mandos militares y funcionarios del Partido de los Trabajadores, frente al gigantesco submarino nuclear. De acuerdo con la información oficial, el sumergible tendría capacidad para lanzar distintos tipos de misiles, incluidos sistemas tierra-aire, una característica que refuerza su rol estratégico dentro de la doctrina de disuasión del régimen.

Durante la inspección, Kim Jong-un subrayó la importancia de fortalecer la capacidad naval nuclear del país y aseguró que este tipo de armamento representa "un cambio crucial que marcará una época" en la estrategia defensiva y ofensiva de Corea del Norte. En ese marco, expresó su "firme voluntad" de avanzar en la nuclearización de la armada y anunció planes para reorganizar las fuerzas navales, crear nuevas unidades especializadas y desarrollar lo que describió como "nuevas armas secretas submarinas", aunque sin ofrecer mayores precisiones.

 

La exhibición del submarino coincidió con la difusión de un mensaje enviado por el presidente ruso, Vladimir Putin, en el que destacó la "amistad inquebrantable" entre Moscú y Pyongyang. En el mismo comunicado, el mandatario ruso elogió los "heroicos esfuerzos" de soldados norcoreanos desplegados en la región rusa de Kursk, en el contexto de la guerra contra Ucrania, lo que volvió a poner en foco la creciente cooperación militar entre ambos países.

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, hace casi cuatro años, Corea del Norte y Rusia profundizaron su acercamiento político, económico y militar. Según agencias de inteligencia de Corea del Sur y de países occidentales, Pyongyang habría enviado miles de soldados para combatir junto a las tropas rusas, mientras que Moscú habría aportado a cambio asistencia financiera, tecnología militar avanzada y suministros energéticos y alimentarios.

Estimaciones oficiales surcoreanas indican que alrededor de 2.000 militares norcoreanos habrían muerto en el conflicto y que miles más resultaron heridos, cifras que subrayan la dimensión estratégica y el costo humano de la alianza entre ambos regímenes.

Durante su visita a la base naval, Kim Jong-un también lanzó duras críticas contra Corea del Sur por su intención de desarrollar submarinos de propulsión nuclear en cooperación con Estados Unidos, iniciativa que calificó como una "amenaza directa que debe ser contrarrestada". El proyecto surcoreano recibió el aval de Washington durante una visita del presidente estadounidense Donald Trump a Seúl, lo que provocó una inmediata y enérgica reacción de Pyongyang.

En informes paralelos, la KCNA señaló además que Kim supervisó recientemente pruebas de misiles antiaéreos de largo alcance sobre el mar de Japón y el avance en la construcción de otro submarino nuclear equipado con misiles guiados, que, según el régimen, fortalecerá aún más la capacidad de disuasión del país.

Actualmente, solo un reducido grupo de naciones posee submarinos de propulsión nuclear, una tecnología considerada entre los secretos militares más sensibles del mundo. Corea del Sur, en tanto, enfrenta importantes restricciones legales y tecnológicas derivadas de su acuerdo nuclear con Estados Unidos, lo que limita su desarrollo en este campo frente a la ventaja que Corea del Norte busca exhibir como parte central de su estrategia militar.