En un clima de máxima tensión en la región, el presidente venezolano Nicolás Maduro habría solicitado asistencia militar a Rusia, China e Irán, en respuesta a los crecientes rumores sobre una inminente ofensiva de Estados Unidos contra objetivos militares en su territorio. Fuentes citadas por The Miami Herald, The Wall Street Journal y The Washington Post aseguran que la administración de Donald Trump evalúa un ataque aéreo contra instalaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico y al régimen chavista.
Según documentos internos del gobierno estadounidense filtrados al Washington Post, Caracas pidió a Moscú, Pekín y Teherán apoyo técnico y logístico para reforzar su defensa aérea y mejorar la operatividad de su fuerza militar. Entre las solicitudes figuran "radares defensivos", "equipos de detección pasiva", "drones con un alcance de hasta 1.000 kilómetros" y "codificadores GPS". Los pedidos habrían sido enviados mediante cartas personales de Maduro dirigidas a los presidentes Vladimir Putin y Xi Jinping, además de un memorando específico al régimen iraní.
El mandatario venezolano busca así fortalecer su sistema de defensa ante lo que considera una amenaza directa de Estados Unidos, que, según medios norteamericanos, ya definió una lista de posibles blancos militares dentro del país. Estos incluirían puertos, aeropuertos y bases navales presuntamente utilizadas por el denominado Cártel de los Soles, organización a la que Washington acusa de operar bajo la protección del gobierno chavista.
Pese a las filtraciones, el expresidente Donald Trump —quien regresó recientemente de una gira por Asia— evitó confirmar la inminencia de un ataque. "No hay ninguna decisión tomada", declaró ante la prensa. Sin embargo, sus recientes declaraciones refuerzan la ambigüedad: "Ya tenemos control del ámbito marítimo y ahora nos centraremos en bloquear las rutas terrestres de la droga. Será extremadamente sencillo", dijo días atrás.
Mientras tanto, la Administración Federal de Aviación (FAA) emitió una restricción temporal de vuelos sobre Ceiba, en el este de Puerto Rico —zona donde se ubica una antigua base militar estadounidense—, vigente hasta marzo de 2026. El comunicado advirtió que el Gobierno "podrá usar fuerza letal" contra aeronaves que representen una amenaza, lo que algunos analistas interpretaron como una señal de preparación operativa.
En Washington, diversos especialistas consideran que una escalada es inevitable. "Trump negó que algo esté por ocurrir de inmediato, pero creo que se avecinan ataques limitados contra blancos en tierra, si no es este fin de semana, quizás la próxima semana", señaló a Clarín Evan Ellis, investigador del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de EE.UU. Según el analista, los primeros objetivos serían laboratorios de drogas, pistas militares y refugios de comandantes del Cártel de los Soles.
El despliegue reciente del portaviones USS Gerald Ford, el más grande y moderno del mundo, junto con operaciones navales que en las últimas semanas dejaron cerca de 60 muertos en supuestos enfrentamientos con embarcaciones narcotraficantes, refuerza la idea de que la Casa Blanca está lista para actuar.
Trump ha acusado en reiteradas ocasiones a Maduro de liderar una estructura criminal y ofreció 50 millones de dólares de recompensa por su captura. En este contexto, fuentes citadas por The Miami Herald afirmaron que "el tiempo del mandatario venezolano se está acabando", e incluso mencionaron que habría generales dispuestos a entregarlo a cambio de inmunidad.
Por ahora, no se conoció respuesta oficial de Rusia, China ni Irán a los pedidos de Caracas. Pero la sola existencia de esas gestiones confirma que el gobierno venezolano percibe el riesgo de un conflicto abierto con Estados Unidos, en un escenario donde la diplomacia parece cada vez más desplazada por la estrategia militar.