La tensión en Venezuela crece día a día. En el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía, los extranjeros ya no hacen la misma fila que los ciudadanos venezolanos: ahora son separados en los controles migratorios. La medida comenzó tras el envío de buques militares de Estados Unidos al Caribe y se suma a un clima de creciente hostilidad hacia los visitantes.
"Estoy sorprendida de que los venezolanos debamos pasar por un lado separados y los extranjeros por otro", relató una pasajera caraqueña al regresar de vacaciones en Miami. Es la primera vez que se aplica este criterio en el aeropuerto, en respuesta a la presión de Washington, que desplegó una flota naval contra el cártel de los Soles, liderado por Nicolás Maduro.
La tensión escaló luego de que Donald Trump anunciara el hundimiento de una lancha narco venezolana con 11 tripulantes. Desde entonces, la fila de extranjeros en migraciones es cada vez más reducida, en paralelo con las amenazas lanzadas por funcionarios chavistas.
Detenciones y amenazas en las fronteras
La hostilidad también se extiende a los pasos terrestres. El caso del gendarme argentino Nahuel Gallo, detenido el 9 de diciembre en San Antonio del Táchira pese a tener documentación en regla, refleja el modus operandi del régimen. Desde entonces permanece desaparecido, y su paradero es desconocido.
Estados Unidos advirtió a sus ciudadanos que eviten viajar a Venezuela por riesgo de secuestros y detenciones arbitrarias. El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, advirtió recientemente: "Todo aquel extranjero que entre ilegalmente será tratado como enemigo de la patria. Aquí se queda: preso o como se quede, pero se queda".
El ministro del Interior, Diosdado Cabello, endureció el discurso: "Si aquí ocurriera algo, iremos a por los que pidieron invasiones, bloqueos y sanciones".
Milicia bolivariana en acción
El presidente Maduro ordenó el alistamiento de la Milicia Nacional Bolivariana ante la posibilidad de una ofensiva de EE.UU. En este contexto, incluso turistas fueron víctimas de detenciones arbitrarias. El actor británico Michael Palin, ex Monty Python, fue retenido siete horas junto a su equipo en Barinas mientras filmaba un documental, y solo fue liberado tras comprobarse su identidad.
Presos políticos como moneda de cambio
Tras las elecciones presidenciales de julio de 2024 —donde ganó el opositor Edmundo González Urrutia— la represión dejó 2.200 opositores detenidos, incluidos 122 menores de edad. Entre los arrestados permanecen más de 70 extranjeros, de países como Argentina, España, Colombia, Estados Unidos, Perú y Alemania, entre otros.
El régimen utiliza a los detenidos como fichas de negociación. Washington ya concretó dos intercambios de prisioneros en 2025, liberando a narcotraficantes a cambio de ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, el gendarme argentino Gallo no fue incluido en los acuerdos, al considerar la Casa Blanca que las condiciones impuestas por Maduro eran "imposibles de cumplir".