Cuando se trata de mejorar alimentos, cocciones, texturas y sabores, el vinagre puede convertirse en un ingrediente clave. Este producto, elaborado a partir de la fermentación de cáscaras de frutas, pulpas, legumbres o cereales, no solo sirve para condimentar ensaladas o adobar carnes, sino también para limpiar de forma efectiva ciertos alimentos.
En Catamarca, donde muchas familias compran frutas y verduras directamente en ferias barriales, mercados populares o producen en huertas domésticas, el "truco del vinagre" gana relevancia. Esta técnica tradicional permite una limpieza profunda y segura, ideal para eliminar residuos de tierra, pesticidas o bacterias que pueden afectar la salud.
El vinagre alimenticio —ya sea de vino, manzana, arroz o frutas— es el único apto para estas tareas. Es importante no confundirlo con el vinagre concentrado para limpieza, que no es comestible.
Cómo aplicar el truco del vinagre en la lechuga
La lechuga es uno de los vegetales más consumidos en la provincia, especialmente en preparaciones frescas y caseras. Al provenir directamente de la tierra, suele contener suciedad, pequeños insectos o bacterias como Salmonella o E.coli. Para higienizarla correctamente, basta con preparar un recipiente con abundante agua y agregar unas cucharadas de vinagre blanco.
Se puede dejar reposar la lechuga durante cinco minutos o, una vez lavada, rociarla con vinagre mediante un pulverizador. Este procedimiento no altera el sabor ni deja olores intensos, y también puede aplicarse a otras frutas, verduras y hortalizas.
Más usos del vinagre en la cocina catamarqueña
Además de su poder desinfectante, el vinagre es antibacteriano, desodorizante y antifúngico. En la cocina local, también se utiliza para marinar carnes rojas o blancas, ya que ablanda los tejidos y favorece la cocción. Agregar un chorrito en el agua de cocción de pastas, arroz, legumbres o huevos mejora la textura y distribuye el calor de manera uniforme.
En una provincia con una fuerte tradición agrícola y gastronómica, estas prácticas sencillas contribuyen no solo a mejorar el sabor de los alimentos, sino también a cuidar la salud de toda la familia.