El fallo de los jueces fue contundente: 115-113, 115-113 y 116-112, todos a favor del estadounidense, que a sus casi 38 años alcanzó un hito histórico al convertirse en el primer campeón indiscutido de tres divisiones distintas.

Nacido en Omaha, Nebraska, Crawford ya había sido monarca indiscutido en los superligeros y los wélter, además de haber reinado en los ligeros de la OMB. Su trayectoria lo coloca en el podio de los mejores libra por libra junto al japonés Naoya Inoue y el ucraniano Oleksandr Usyk.

Canelo, en cambio, no logró imponer condiciones. Tras un inicio parejo, el mexicano fue perdiendo terreno frente al trabajo técnico y la velocidad de Crawford, que lo desconcertó con su jab y sus movimientos laterales. El tapatío apenas mostró una leve mejoría en el octavo round, pero nunca consiguió tomar el control de la pelea.

"Canelo es un gran campeón, lo respeto mucho", declaró Crawford tras la victoria, que también le dejó una bolsa estimada en 50 millones de dólares.

Por su parte, Álvarez, de 35 años, reconoció la derrota con hidalguía: "Una derrota no me define. Vine a la vida para tomar riesgos y aquí seguiré". Su récord profesional quedó en 63 victorias (39 nocauts), dos empates y tres derrotas, estas últimas ante Floyd Mayweather Jr. (2013), Dmitry Bivol (2022) y ahora Crawford (2025).

La caída en Las Vegas marca un punto de inflexión en la carrera del mexicano, mientras que el estadounidense consolida su lugar entre los grandes de la historia del boxeo.