Electricidad: la brecha tarifaria entre provincias llega a seis veces y golpea también al bolsillo en Catamarca
Un informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios (IIEP UBA-Conicet) reveló que, pese a la unificación de precios mayoristas, la disparidad en los costos eléctricos residenciales entre provincias alcanzó niveles récord. En Catamarca, el impacto también se refleja en la factura final.

Las diferencias en el costo de la electricidad residencial se profundizaron en noviembre de 2025 y exhiben un mapa energético fragmentado en todo el país. Según el último informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-Conicet), un hogar promedio puede pagar hasta seis veces más por el mismo consumo mensual —estimado en 265 kWh— dependiendo de la provincia en la que reside. En Catamarca, como en otras jurisdicciones del NOA, la factura final se ve condicionada por la combinación entre los precios mayoristas y el Valor Agregado de Distribución (VAD), que cada provincia actualiza de manera independiente.

El estudio señala que la Resolución 434/25 unificó los precios mayoristas de la energía eléctrica desde el 1° de noviembre. Sin embargo, los aumentos autorizados para el VAD avanzaron a ritmos diferentes en cada distrito, lo que provoca fuertes saltos entre las facturas finales. Aun con parámetros comunes en energía mayorista e impuestos, los costos se disparan de provincia a provincia.

Brecha de costos entre provincias

La comparación de facturas finales —incluyendo impuestos y sin descuentos— refleja una dispersión inédita. Para un consumo de 265 kWh, las provincias con tarifas más bajas presentan facturas inferiores a los $20.000, mientras que las más caras superan ampliamente los $120.000. La relación entre ambos extremos llega así a una diferencia de casi seis veces.

El informe ejemplifica con dos casos: un usuario de ingresos bajos de Neuquén paga una factura media de $85.271, mientras que en Santa Cruz ese mismo tipo de usuario abona $12.209. La brecha allí es de 6,6 veces. Entre usuarios de ingresos medios la diferencia es de cinco veces, y entre altos ingresos, de tres.

El documento explica que la dispersión responde a múltiples factores y que en el país conviven empresas públicas, privadas y cooperativas bajo marcos regulatorios provinciales, nacionales y municipales. Además, las estructuras de costos y las frecuencias de actualización tarifaria difieren, del mismo modo que los impuestos locales que cada jurisdicción aplica.

Cómo se compone la factura

El análisis del IIEP detalla diferencias según el nivel de ingresos de los usuarios. En promedio país, un hogar N1 —de altos ingresos— abona $69.935 mensuales; un N2 —ingresos bajos— paga $43.598; y un N3 —ingresos medios— $50.758. En términos relativos, la factura de un usuario N1 es 1,6 veces superior respecto de un hogar N2 y 1,4 veces frente a uno N3.

La participación de cada componente también varía:

  • En N1, la energía representa el 33%, el VAD el 41% y los impuestos el 27%.
  • En N2, la energía baja al 18% y el VAD sube al 55%, con impuestos en torno al 27%.
  • En N3, la factura se compone por 31% de energía, 42% de VAD y 28% de impuestos.

Los tributos locales generan diferencias adicionales: algunas provincias aplican tasas o fondos específicos que elevan los montos, mientras que otras mantienen esquemas fiscales más acotados.

Subsidios y cobertura de costos

Pese a los aumentos registrados desde 2024, todavía persiste una brecha entre el costo real de la energía y el precio que pagan los hogares. En promedio nacional, la cobertura de costos para usuarios residenciales es del 58%: los consumidores aportan esa proporción a través de la tarifa y el Estado financia el 42% restante.

Incluso los hogares N1 mantienen subsidios: sus tarifas cubren el 89% del costo reconocido por la Secretaría de Energía, por lo que el Estado continúa absorbiendo la diferencia. En los usuarios N2 y N3, la cobertura es de 30% y 44%, respectivamente.

La Resolución 36/2025 estableció un esquema de bonificaciones decrecientes mes a mes durante todo 2025, que implica una reducción gradual de la asistencia estatal, especialmente para los segmentos medios y bajos.

Factores que explican la dispersión tarifaria

El informe identifica varios elementos centrales:

  • Actualizaciones del VAD: cada provincia define frecuencia y magnitud de los ajustes.
  • Características de la red: densidad poblacional, extensión y clima influyen en los costos operativos.
  • Modelo de gestión: distribuidoras públicas, privadas y cooperativas presentan esquemas y costos distintos.
  • Impuestos locales: tasas municipales y tributos específicos elevan las facturas en ciertos distritos.
  • Anomalías regulatorias: factores exógenos pueden alterar artificialmente los valores tarifarios.

El Observatorio advierte que las comparaciones deben analizarse con cautela: una foto tarifaria refleja la situación del momento, pero requiere ser entendida dentro de los factores que inciden en cada jurisdicción.