La administración de Donald Trump ordenó detener la finalización de ciertas solicitudes para convertirse en residentes legales permanentes en Estados Unidos. Esta medida afecta directamente a refugiados y personas que recibieron asilo, quienes ahora ven su camino hacia la visa permanente interrumpido por tiempo indefinido, según informó el Departamento de Seguridad Nacional.
Autoridades del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) implementaron esta pausa tras la firma de una orden ejecutiva del presidente el 20 de enero titulada "Protegiendo a Estados Unidos de Terroristas Extranjeros y Otras Amenazas a la Seguridad Nacional". La normativa exige "verificar y examinar al máximo grado posible a todos los extranjeros que pretenden ser admitidos o ya están dentro del país".
Verificación adicional para inmigrantes
Las personas afectadas por esta medida ya atravesaron procesos rigurosos de verificación antes de recibir asilo o ser admitidos como refugiados. Laura Collins, directora de la Iniciativa de Crecimiento Económico del Instituto Bush-SMU, explicó: "Todos estos inmigrantes aprobados para reasentamiento o para permanecer en Estados Unidos están aquí porque el gobierno estadounidense ya los aprobó".
Durante el primer mandato de Donald Trump, USCIS revisó cada solicitud "con lupa", exigiendo que cada espacio en los formularios estuviera correctamente completado. "Si no tenías segundo nombre, devolvían tu solicitud diciendo 'no completaste la sección de segundo nombre'", recordó Collins, sugiriendo que ahora podrían revisar redes sociales u otros elementos ya verificados.
Para refugiados y asilados, la norma actual establece que deben esperar un año antes de poder solicitar la green card. La nueva verificación representa un obstáculo adicional para quienes ya superaron extensos controles de seguridad previos a su admisión en el país.
Expertos del sector señalan que la ralentización en el procesamiento de solicitudes podría generar graves consecuencias operativas para los inmigrantes. "Al disminuir las solicitudes, como USCIS se financia con tarifas, procesar menos aplicaciones significa recibir menos dinero, lo que reduce la capacidad para mantener contratistas y personal", advirtió Collins.
Impacto en el sistema de visa
El Migration Policy Institute reportó que entre 2016 y 2020, el gasto en verificación de antecedentes casi se triplicó, pasando de 53 millones a 149 millones de dólares. Este aumento en costos, combinado con una caída en el número de solicitudes, contribuyó al déficit de 1.200 millones que enfrentó la agencia en 2020.
La reciente orden llega precisamente cuando USCIS había logrado avances significativos en reducir su acumulación de visa pendientes. Según informes oficiales, la agencia disminuyó su acumulación de peticiones un 15% en 2023, la primera reducción en una década, seguida por otra disminución del 11,2% el año pasado.
Ahora, refugiados y asilados que esperan convertirse en residentes permanentes enfrentan un futuro incierto. El Departamento de Seguridad Nacional no especificó cuánto durará la pausa ni proporcionó detalles sobre qué aplicaciones específicas resultarán afectadas por esta nueva política de Donald Trump.
