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Como Trump, Jair Bolsonaro no reconoce la derrota y podría abrir un período de inestabilidad en Brasil

El actual presidente no felicitó al flamante electo Lula da Silva y decidió mantener a su base más radical alerta y en las calles.

02 Noviembre de 2022 02.38

Jair Bolsonaro definitivamente quiere ser el Donald Trump latinoamericano. El presidente saliente de Brasil no reconocerá su derrota y mantendrá a su base más radical alerta y en las calles, pero no pondrá trabas al comienzo del período de transición que desembocará en la asunción de Luiz Inacio Lula da Silva el 1° de enero.

Su breve declaración del martes con la que rompió un silencio de 48 horas tras la victoria de Lula abrió la puerta a una fuerte inestabilidad política que, a juicio de analistas, trae consigo el riesgo de una mayor violencia tras una virulenta campaña electoral.

“Es improbable que un día Bolsonaro reconozca su derrota en las elecciones. Seguirá el camino de Trump y alegará, de manera más o menos explícita, que hubo fraude. Será uno de los pilares de su retórica para movilizar a sus seguidores y estimular acciones como el bloqueo de rutas” de todo el país, afirmó a TN el analista político brasileño Mauricio Santoro, investigador del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.

 

Cómo serán los dos meses de transición que se vienen en Brasil

 

Bolsonaro no fue más allá en su negativa a reconocer su derrota porque sus aliados de más peso frenaron una ruptura total que hubiese puesto a Brasil en una difícil situación institucional. De hecho, al término de su declaración en el Palacio del Planalto, sede de gobierno, el jefe de gabinete, Ciro Nogueira, dijo a los periodistas que el presidente saliente lo autorizó a comenzar el proceso de transición.

En resumen, Lula asumirá el gobierno, pero Bolsonaro no reconocerá su legitimidad, replicando el escenario que vive Joe Biden con el magnate republicano. “Creo que Lula asumirá en enero, pero hay riesgo de más violencia hasta entonces”, dijo Santoro.

Seguidores de Jair Bolsonaro exigen una intervención federal (Foto: EFE)
Seguidores de Jair Bolsonaro exigen una intervención federal (Foto: EFE)

En ese escenario lo único claro es que la grieta será cada vez más profunda y no habrá foto de traspaso de mando.

 

Jair Bolsonaro quedó aislado: sus principales aliados corrieron para reconocer el triunfo de Lula

 

Quienes conocen los pasillos del Palacio del Planalto señalan que Bolsonaro quedó aislado en su deseo de provocar una crisis institucional que fuera más allá del no reconocimiento de su derrota. Sus principales aliados políticos se apresuraron a no quedar pegados a su inexplicable silencio de 48 horas y reconocieron el triunfo de Luiz Lula da Silva. Privilegiaron su propio capital político.

Primero fue el titular del Senado, Rodrigo Pacheco. Luego se sumó su par de Diputados, Arthur Lira y el lunes su propio vicepresidente, el general Hamilton Maurao, que ya inició la transición con el vice electo, Gerarlo Alckmin. Todos reconocieron la derrota.

“Esto ayudó a aislar a Bolsonaro”, dijo a TN el analista del Instituto Brasilis y autor del libro “El voto del brasileño”, Alberto Almeida.

El “Centrao”, el bloque conservador que suele dar gobernabilidad a cada gobierno de turno y que respaldó a Bolsonaro durante su gestión, ya dio señales claras de acercamiento para negociar con la futura administración de Lula.

 

Por qué Jair Bolsonaro se mantuvo casi dos días en silencio

 

Bolsonaro tensó la soga lo más que pudo. Su silencio fue interpretado por sus seguidores más radicales como un llamado a tomar las calles para rebelarse al resultado de las urnas. Pero los allegados más cercanos del presidente saliente lo convencieron de garantizar la transición más allá de no reconocer su derrota.

El abrumador reconocimiento internacional al triunfo de Lula y el silencio de los militares, grandes aliados de su gestión, terminaron por disipar una tormenta de imprevisibles consecuencias.

“La paralización (de las rutas) no logró nada. Los militares están calladitos. Nadie habló. Pudo haber sido un intento de golpe. Pero nuestras instituciones siempre funcionaron”, dijo este martes en TV Bandeirantes el periodista José Luis Datena, que en el pasado coqueteó con una candidatura al Senado por el bolsonarismo.

Una residente sostiene un cartel que dice en portugués: "Camioneros, ustedes son el orgullo de Brasil" para mostrar su apoyo a los conductores de carga que estacionaron sus camiones de carga en la carretera entre Río de Janeiro y Sao Paulo para protestar por la derrota electoral el día anterior del presidente Jair Bolsonaro, el lunes 31 de octubre de 2022, en Barra Mansa, estado de Río de Janeiro, Brasil. (AP Foto/Rodrigues Da Silva)
Una residente sostiene un cartel que dice en portugués: "Camioneros, ustedes son el orgullo de Brasil" para mostrar su apoyo a los conductores de carga que estacionaron sus camiones de carga en la carretera entre Río de Janeiro y Sao Paulo para protestar por la derrota electoral el día anterior del presidente Jair Bolsonaro, el lunes 31 de octubre de 2022, en Barra Mansa, estado de Río de Janeiro, Brasil. (AP Foto/Rodrigues Da Silva)

El analista político Carlos Machado, investigador de la Universidad Nacional de Brasilia, dijo a TN que cualquier intento de ruptura quedó desactivado por los apoyos internos a la victoria de Lula, incluso “algunos muy significativos” como el del titular de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del general Augusto Heleno, jefe de Gabinete Institucional del ministerio de Seguridad y uno de los hombres más cercanos a Bolsonaro.

Ahora se abre un período de fuerte tensión, similar al que vivió Estados Unidos previo a la asunción de Joe Biden y que culminó con el asalto al Capitolio.

La apuesta de Bolsonaro es clara: sabe que sus aliados políticos buscarán su propia sobrevivencia en el Congreso, algunos incluso hasta pactando con Lula, como se espera que sucederá con el “Centrao”. En silencio primero y con la vehemencia que aflorará tarde o temprano, el presidente saliente se convertirá en un feroz perro de presa a la caza de su mayor enemigo, Luiz Lula da Silva. Para ello necesita a sus seguidores más fieles. Los cortes de ruta pueden ser solo el comienzo de lo que vendrá en un país cortado en dos mitades opuestas.