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Ecuador elige presidente en plena pandemia, entre el desánimo y el temor a un colapso económico

Los principales candidatos son el “delfín” de Rafael Correa, Andrés Arauz, y el ex banquero de derecha Guillermo Lasso. Pero se prevé una segunda vuelta.

El “delfín” de Rafael Correa y Andrés Arauz, y el ex banquero de derecha Guiller
El “delfín” de Rafael Correa y Andrés Arauz, y el ex banquero de derecha Guiller

07 Febrero de 2021 08.17

Ecuador va a las urnas este domingo para elegir a un nuevo gobierno y renovar el Parlamento, en medio de un marcado pesimismo sobre el futuro económico del país y grandes preocupaciones sociales, principalmente el desempleo, que se disparó por la crisis del coronavirus.
Con un número inédito de candidatos a presidente -son 16 en total, aunque sólo tres con chances reales- el país se encamina a un cambio de gobierno que llega ante el abismo de un posible colapso económico.

Los votantes, preocupados por las desesperantes cifras macroeconómicas, tendrán que elegir además a los 137 diputados que conforman la Asamblea Nacional y los cinco representantes del Parlamento Andino.

Según tres últimas encuestas, el desánimo y las dudas son protagonistas en esta extraña campaña que se realizó bajo las restricciones de la pandemia. 

Los sondeos de Atlas Intel, Ipsos y Market, realizadas a fin de enero, muestran que entre el 31,9 y el 50,74 por ciento de los consultados se expresaron poco o nada optimistas sobre el futuro económico de Ecuador. Y más de un 30% no decidió todavía a qué candidato elegirá.

Ninguno de los candidatos aparece con la mayoría necesaria para ganar en la primera ronda, con lo cual todo apunta a que el próximo presidente se definirá en una segunda vuelta entre la derecha conservadora y una izquierda que ansía recuperar el poder para tomar revancha de la "persecución" a su líder Rafael Correa.

Sin embargo, las preferencias en los sondeos se inclinan hacia Andrés Arauz, de 35 años, delfín de Correa, el popular ex presidente que desde Bélgica mueve los hilos para recuperar el poder para la izquierda nacionalista con un candidato hasta hace poco desconocido para la mayoría de la población. Según las últimas encuestas, tiene un 31% de intención de voto.

Luego figura el ex banquero de derecha Guillermo Lasso, de 65 años, con un 21% de los apoyos en los últimos sondeos. 

Entre los dos podría emerger el líder indígena Yaku Pérez, de 51 años, que detesta por igual a ambos y promete un gobierno ambientalista reacio a petroleras y mineras. Su intención de voto llegaba al 11% a fines de enero.

El trasfondo de la crisis

Caos y crisis son las palabras que se repiten entre los ecuatorianos. Sin apoyo popular, el presidente Lénín Moreno -quien fue vicepresidente de Correa en su primer mandato y llegó al poder en 2017 como su candidato, aunque luego dio un fuerte giro y se convirtió en rival- desistió de buscar la reelección y dejó abierta la competencia por su sucesor.

Correa, que quiso ser candidato a la vicepresidencia, vio truncada su aspiración cuando la justicia ecuatoriana le ratificó en 2020 en última instancia la condena a ocho años de cárcel por corrupción. Fue entonces reemplazado por el periodista Carlos Rabascall.

El ex presidente estuvo sin embargo omnipresente en la campaña. El propio Arauz dijo que Correa será un asesor de su eventual gobierno y que podría haber una revisión de una serie de procesos judiciales en su contra.

"Se abre la posibilidad de que Correa vuelva al país con mucha facilidad porque cesaría la persecución política que ha tratado de sepultarlo", comentó a la AFP el analista David Chávez, de la Universidad Central.

De todos modos, consideró que los correístas "cometerían un grave error tratando de desmantelar todavía más la institucionalidad del país forzando los procesos legales, presionando gente o cobrando venganza".

Para el politólogo Esteban Nichols, de la Universidad Andina Simón Bolívar, un eventual triunfo de Arauz implicaría "volver a la política de amigos y enemigos".

"La lógica política va a ser la del combate declarado a los enemigos políticos que se fraguan en la mente de Correa", expresó el catedrático, quien consideró que Ecuador "está en un estado de caos" con "una política pública bastante desorganizada".

Lasso, por tercera vez candidato, busca la banda presidencial en binomio con el médico Alfredo Borrero. Aliado natural del Partido Social Cristiano, el más conservador del país, es la personificación del anticorreísmo.

El candidato de derecha apoyó a Moreno en el referéndum que echó por tierra la reelección indefinida instaurada en el gobierno de Correa, tilda de "recetas fracasadas" las propuestas de Arauz y ofrece "un cambio de modelo".

"Por Lasso votan tanto los que esperan que no regrese el correísmo como los que quieren una política diferente sobre todo en el aspecto económico", comentó a la AFP el politólogo Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Recordó que "su condición de banquero" genera "rechazo" en los ecuatorianos, sobre todo por la crisis de la banca de finales de la década de 1990.

"Eso le afecta, mucho más cuando hay personas que consideran que él fue uno de los artífices" del congelamiento de depósitos en Ecuador, añadió. Lasso niega ser responsable de esa crisis, que costó al Estado unos 8.000 millones de dólares.

El movimiento indígena

En medio de la polarización entre correístas y anticorreístas emergió la figura de Yaku Pérez, aupada por el protagonismo que cobró el movimiento indígena en las protestas de octubre de 2019 contra el gobierno de Moreno.

Pérez, quien tiene una carrera política local y lleva como compañera de fórmula a la bióloga Virna Cedeño, "combina la vieja votación del movimiento indígena con la de la izquierda no correísta y con una serie de otros sectores como jóvenes que se ven atraídos con el discurso ambientalista", explicó Pachano.

Consideró además al líder indígena, del partido Pachakutik, un "candidato sorpresa" en estas elecciones.

Aunque Pérez, de 51 años, se ubicaba tercero en las encuestas, "es sin duda la elección más exitosa que van a tener (los indígenas) en mucho tiempo y eso es positivo" para ellos, señaló Chávez.

El último candidato presidencial indígena, Luis Macas, sólo obtuvo el 2,2% de los votos en 2006. Antes de él, Antonio Vargas logró un 0,9% de los sufragios en 2002.