El acuerdo de la UE y el Mercosur busca detener la expansión de China en tres sectores clave
Este tratado pretende generar una mayor competitividad en la exportación de productos que viajan al continente europeo y lograr así una mayor penetración de los productos locales. Los retos y desafíos.

La Unión Europea (UE) y el Mercosur han dado un paso histórico con la firma del Acuerdo de Libre Comercio, creando un mercado conjunto de más de 700 millones de personas. Este tratado, que tomó más de 25 años de negociaciones, promete ser un punto de inflexión en las relaciones económicas y políticas entre ambos bloques.

Un largo camino hacia el acuerdo

Tras años de incertidumbre, el consenso llegó gracias a la determinación de Brasil dentro del Mercosur y al liderazgo de la Comisión Europea en Bruselas. La visita sorpresa de Úrsula Von der Leyen marcó el punto decisivo en las negociaciones, que estuvieron cerca de fracasar varias veces en los últimos dos años.

Para entrar en vigor, el acuerdo deberá pasar un complejo proceso de ratificación. En la UE, será traducido a los 24 idiomas oficiales, aprobado por el Consejo y el Parlamento Europeo, y finalmente revisado por los parlamentos de los 27 países miembros. Si alguno lo rechaza, el tratado no podrá implementarse. Por el lado del Mercosur, el trámite es más sencillo: cada uno de los cinco países del bloque (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia) deberá ratificarlo en sus congresos.

El tratado busca incrementar la competitividad de las exportaciones del Mercosur hacia Europa, especialmente en sectores como el agro, el automotriz y la minería. Para la UE, representa una oportunidad estratégica para afianzar su presencia en América Latina, contrarrestando la creciente influencia de China en la región durante la última década.

De concretarse, el acuerdo consolidaría a la UE como uno de los principales socios comerciales del Mercosur, con beneficios en áreas clave como el litio y las energías renovables. Además, asegura un trato preferencial en un escenario geopolítico marcado por tensiones globales y la inminente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, cuya política arancelaria podría impactar el comercio internacional.

Aunque el tratado fue celebrado en Argentina por funcionarios y representantes europeos, aún queda por definir la "letra chica" y sortear posibles obstáculos políticos en Europa. Si logra superar estas barreras, se convertirá en el acuerdo comercial más grande del mundo, marcando un antes y un después en las relaciones bilaterales entre ambos bloques..