El monte Etna volvió a entrar en erupción este miércoles en horas de la madrugada, con una serie de explosiones y emisión de lava que generaron alarma en varias localidades del sur de Italia. La actividad se concentró en el cráter suroeste del volcán y fue acompañada por una intensa caída de ceniza.
Según informó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), la fase eruptiva comenzó a intensificarse a las 2:45 de la mañana (hora local), con fuentes de lava que alcanzaron entre 200 y 300 metros de altura desde las bocas situadas en la cumbre del volcán. Se trata de una de las múltiples fases eruptivas que ha tenido el Etna, el volcán más activo de Europa.
El organismo también detalló que el "tremor volcánico", un indicador de la actividad sísmica asociada a las erupciones, alcanzó su punto máximo alrededor de las 2:00, reflejando una alta intensidad y frecuencia de los movimientos internos del cráter. Actualmente, la amplitud del tremor sigue siendo elevada, lo que confirma que la actividad volcánica continúa con fuerza.
Los vecinos de localidades cercanas, como Paternó, reportaron fuertes estruendos y caída de ceniza volcánica durante la madrugada. Medios locales señalaron que muchas personas fueron despertadas por el ruido de las explosiones, aunque no se registraron daños materiales ni heridos.
A pesar de la magnitud del evento, las operaciones en el Aeropuerto Internacional Vincenzo Bellini de Catania no fueron interrumpidas. Las autoridades explicaron que, aunque la nube volcánica alcanzó una altura estimada de 5.000 metros, no ha interferido con las rutas aéreas.
El INGV también indicó que las cenizas se están desplazando hacia el sur-suroeste, por lo que se mantiene un monitoreo constante para prevenir posibles afectaciones en otras zonas de Sicilia. Por el momento, los expertos no esperan un agravamiento inmediato de la actividad, ya que el Etna ha mantenido en los últimos años un patrón de erupciones intermitentes y controladas.