China y Estados Unidos protagonizaron un tenso intercambio este lunes en el Consejo de Seguridad de la ONU por la influencia en el Canal de Panamá, una vía estratégica para el comercio mundial.
Durante la sesión —presidida por el mandatario panameño José Raúl Mulino, dado que su país ostenta la presidencia rotativa del consejo este mes—, Washington advirtió que la creciente presencia de Beijing en la región representa un riesgo para la seguridad y la infraestructura crítica, mientras que China rechazó las acusaciones y acusó a Estados Unidos de intentar justificar una posible intervención.
Mulino, que encabezó el debate sobre los desafíos a la seguridad marítima, reafirmó la propiedad panameña y la neutralidad del canal, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico. El presidente de Panamá recordó que la vía fluvial ha sido administrada por su país desde 1999, tras el tratado firmado en 1977 entre Jimmy Carter y el gobierno panameño.
El secretario general de Interpol, Valdecy Urquiza, expuso que los riesgos actuales para la seguridad marítima incluyen piratería, robo a mano armada, crimen transnacional y ataques cibernéticos a puertos con baja protección digital, amenazas que —alertó— se ven potenciadas por el uso de inteligencia artificial.
La embajadora interina de Estados Unidos, Dorothy Shea, expresó "preocupación por la influencia desproporcionada de China" en operaciones portuarias y otras áreas vinculadas al canal, señalando además que los "reclamos expansivos e ilegales" de Beijing en el Mar de China Meridional son un antecedente preocupante. "La influencia de China en el área del canal no es un riesgo sólo para Panamá y Estados Unidos, sino para el comercio y la seguridad global", advirtió.
Washington ha instado a que un operador portuario con sede en Hong Kong venda sus activos en ambos extremos del canal a un consorcio estadounidense liderado por BlackRock Inc. Panamá, sin embargo, ha rechazado cualquier intento de control externo. En abril, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, acordó con Mulino reforzar la cooperación en seguridad, un pacto que incluye acceso de tropas norteamericanas a instalaciones estratégicas y que generó protestas en la capital panameña.
El embajador chino ante la ONU, Fu Cong, defendió la gestión panameña y aseguró que Beijing "siempre ha respetado la neutralidad permanente del canal". Tras escuchar las intervenciones, replicó directamente a las acusaciones estadounidenses: "La fabricación de mentiras y ataques infundados contra China no son más que un pretexto para buscar el control del canal". También calificó a Estados Unidos como "el mayor perturbador de la paz y la estabilidad" en la región y rechazó la "coerción económica y las prácticas de intimidación".
Mulino cerró la sesión reiterando que la neutralidad del canal es "la única y mejor defensa ante cualquier amenaza específica o global", y que su soberanía está garantizada por tratados multilaterales.