Israel emitió este domingo nuevas órdenes de evacuación en zonas del centro de Gaza, en medio de una intensificación de su ofensiva militar. Las áreas afectadas se encuentran entre la ciudad de Deir al-Balah y los núcleos urbanos del sur como Rafah y Jan Yunis, una región que hasta ahora había registrado escasa presencia de tropas terrestres.
La nueva orden militar fue difundida tras un estancamiento en las negociaciones entre Israel y Hamás, que se desarrollan en Qatar sin avances concretos. El primer ministro Benjamin Netanyahu justificó la expansión de la ofensiva como una forma de presionar a Hamás, aunque los diálogos llevan meses congelados.
A principios de julio, el ejército israelí afirmó tener control sobre más del 65% del territorio gazatí. En paralelo, la situación humanitaria se deteriora con rapidez. Solo el domingo, al menos 65 palestinos fueron asesinados, muchos de ellos mientras intentaban acceder a ayuda humanitaria, según informaron hospitales locales.
El director del Hospital Shifa, Mohamed Abu Selmiyah, detalló que al menos 48 cuerpos y 150 heridos ingresaron al establecimiento desde la mañana, la mayoría atacados cuando intentaban acercarse a camiones de ayuda en el cruce de Zikim, en el norte de Gaza. Confirmó que unas 40 víctimas presentaban heridas de bala, aunque no se pudo determinar si los disparos provinieron del ejército israelí, de grupos armados locales o de ambos.
En Rafah, en el sur, el hospital Nasser reportó 17 muertos y 69 heridos en los alrededores de centros de distribución de alimentos.
La zona afectada por la nueva orden de evacuación también alberga numerosas oficinas de organizaciones internacionales que intentan distribuir ayuda. La ONU solicitó precisiones sobre si sus instalaciones en Deir al-Balah están incluidas en la orden, aunque en ocasiones anteriores fueron excluidas. La expansión de la zona evacuada hasta la costa obstaculiza severamente el tránsito de civiles y trabajadores humanitarios.
El vocero militar israelí, Avichay Adraee, advirtió que se intensificarán los ataques contra milicianos, e instó a la población a trasladarse a Muwasi, un campamento precario que el ejército designó como "zona humanitaria".
Más de dos millones de palestinos viven actualmente en Gaza, bajo una emergencia humanitaria extrema. La guerra, iniciada el 7 de octubre de 2023 con el ataque de Hamás en el sur de Israel —que dejó 1.200 muertos y 251 secuestrados—, ha provocado la muerte de más de 58.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza. La ONU y organizaciones internacionales consideran a ese ministerio, vinculado a Hamás, como la fuente más confiable para estimaciones de víctimas. Se estima que más de la mitad de los fallecidos son mujeres y niños.
El Foro de Familias de Rehenes, que representa a los familiares de los secuestrados por Hamás, criticó duramente la nueva orden de evacuación. "¡Basta! El pueblo israelí quiere abrumadoramente un fin a los combates y un acuerdo integral que devuelva a todos los rehenes", expresaron, mientras miles de manifestantes marchaban el sábado por la noche en Tel Aviv en una nueva protesta por el fin de la guerra.
La situación humanitaria en Gaza es crítica. El domingo por la mañana, ambulancias de tres hospitales hicieron sonar sus sirenas al unísono en señal de alarma ante la hambruna. El Ministerio de Salud publicó imágenes de médicos con carteles denunciando la desnutrición infantil y la falta de medicamentos.
Zaher al-Wahidi, portavoz del Ministerio, informó que al menos nueve niños menores de cinco años murieron por desnutrición desde marzo, cuando Israel bloqueó el ingreso de ayuda humanitaria. Advirtió que el número real podría ser mayor debido a la combinación de otras enfermedades con la falta de alimentos.
Solo en el Hospital Shifa se registraron 79 muertes por desnutrición durante el último mes, afirmó su director.
Durante la noche del domingo, nuevos bombardeos sacudieron la Franja de Gaza. Desde el lado israelí se observaron columnas de fuego en el norte del enclave, donde las explosiones iluminaron el cielo.