El Parlamento italiano aprobó por unanimidad restituir como feriado nacional la fiesta de San Francisco de Asís, patrono del país. La medida, que había sido eliminada hace algunos años por razones económicas, fue votada en conjunto por partidos de izquierda y derecha, en lo que se calificó como una "decisión milagrosa" por la amplitud de consensos alcanzados.
San Francisco nació en 1181 y murió en Asís en 1226, a los 45 años. Su figura, símbolo de austeridad, dedicación a los pobres y construcción de puentes entre comunidades, es una de las más veneradas en Italia. Sus restos reposan en la catedral de la ciudad que lo vio nacer.
El restablecimiento de la festividad coincide con la preparación del octavo centenario de su muerte, que se conmemorará en 2026. Según explicó el legislador Mauricio Lupi, impulsor de la iniciativa, el objetivo es "proclamar una fiesta nacional en su nombre, como reclamo a la paz y a la espiritualidad que encarna su vida".
"En una época de divisiones, San Francisco nos une", destacó Paolo Emilio Russo, uno de los parlamentarios que defendió la propuesta. En la misma línea, desde el Movimiento 5 Estrellas —oposición de izquierda— se afirmó que "Francisco es para nosotros una estrella polar".
La figura del santo también está estrechamente ligada al Papa argentino Jorge Bergoglio, quien en 2013 adoptó por primera vez en la historia el nombre de Francisco al ser elegido Sumo Pontífice, reforzando así la vigencia de su legado.
Aunque el Estado italiano suele evitar ampliar los feriados por sus implicancias económicas —actualmente existen 12 jornadas obligatorias—, en esta ocasión primó la convicción de que el mensaje de San Francisco trasciende cualquier cálculo presupuestario.
"Es hasta hoy un hombre que supo hablar a todos, superando fronteras y diferencias. Cantó la belleza de la creación antes de que existiera la palabra ecología y lanzó un llamado que aún atraviesa los siglos: el del 'Señor de la paz'", expresó el parlamentario Lorenzo Malagol, al remarcar que la restitución de la fiesta "es una cuestión de identidad para Italia".