En un evento que congregó a más de un millón de personas, el Papa León XIV clausuró este domingo el Jubileo de los Jóvenes 2025 con una emotiva misa en la explanada de Tor Vergata, a las afueras de Roma. Fue la celebración más multitudinaria de su incipiente pontificado, apenas a tres meses de su elección, y se convirtió en uno de los hitos del Año Santo.
Durante una semana, cientos de miles de jóvenes de todo el mundo colmaron la capital italiana para participar de las actividades del Jubileo, cuyo punto más alto fue la vigilia del sábado por la noche, que reunió a unas 800.000 personas, según datos oficiales. La misa de clausura superó esa cifra, alcanzando un millón de asistentes, muchos de los cuales pasaron la noche al aire libre, en tiendas de campaña o colchonetas, a la espera del evento central.
Desde las primeras horas del domingo, 450 obispos y cerca de 700 sacerdotes comenzaron a ocupar el monumental escenario adornado con un arco dorado y una cruz central, mientras un coro animaba el ambiente bajo un cielo despejado.

En su homilía, el Papa alentó a los jóvenes a vivir con ambición espiritual y compromiso social. "Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos. Así verán crecer cada día la luz del Evangelio, en ustedes mismos y a su alrededor", expresó. También los exhortó a ser generosos y a no dejarse atrapar por el materialismo: "Transmítanle a todos su entusiasmo y el testimonio de su fe".
León XIV tuvo un recuerdo especial para los jóvenes que sufren las consecuencias de la guerra, con menciones directas a Gaza y Ucrania. "¡Estamos con la gente joven de Gaza y con los jóvenes de Ucrania! Con todos aquellos países ensangrentados por la guerra", proclamó, en un mensaje de fuerte contenido humanitario.
Antes de finalizar la celebración, el Papa sorprendió a los presentes con un anuncio clave: la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se celebrará en Seúl, Corea del Sur, del 3 al 8 de agosto de 2027. Renovando la invitación que el Papa Francisco había hecho en Lisboa dos años atrás, León XIV proclamó: "Después de este Jubileo, el 'peregrinaje de la esperanza' de los jóvenes continúa y nos llevará a Asia".
El anuncio fue recibido con una ovación generalizada, en especial por parte de los peregrinos coreanos que participaron de la misa. Junto a la fecha y el destino, el Pontífice reveló también el lema que guiará la próxima JMJ: "¡Tengan valor: yo he vencido al mundo!", tomado del Evangelio según San Juan (16,33).

Concluyendo su mensaje, León XIV instó a los jóvenes a ser "protagonistas de un nuevo tiempo de fe", asegurando que "la esperanza que habita en nuestros corazones nos da la fuerza para anunciar la victoria de Cristo Resucitado sobre el mal y la muerte". Y añadió: "Así que les doy cita en Seúl: ¡sigamos soñando juntos, sigamos esperando juntos!".
El horizonte quedó trazado. Con Tor Vergata como punto de partida, comienza el camino hacia Seúl, en una nueva convocatoria global para la juventud católica, en tiempos de profundas heridas sociales y conflictos bélicos.