El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, confirmó este miércoles que hace poco más de una semana sostuvo un diálogo "cordial" con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en medio de la tensión generada por el despliegue militar frente a la costa del país sudamericano.
En ese sentido, Maduro reveló que "Hace unos diez días aproximadamente, desde la Casa Blanca llamaron al Palacio de Miraflores (sede del Gobierno, en Caracas) y tuve una conversación telefónica con el presidente Trump".
Sin embargo, prefirió reservarse los detalles: "Me gusta la prudencia, a mí no me gusta la diplomacia de micrófonos. Cuando hay cosas importantes, en silencio tienen que ser, hasta que se den".
"Puedo decir que la conversación fue en un tono de respeto, inclusive puedo decir que fue cordial", apuntó el mandatario venezolano durante un evento con comunidades populares del Distrito Capital, según se supo a través de Xinhua.
Asimismo, reiteró que su gobierno está abierto a las conversaciones y entendimiento con Washington; "Si esa llamada significa que se están dando pasos hacia un diálogo respetuoso de Estado a Estado, de país a país, bienvenido el diálogo, bienvenida la diplomacia, porque siempre buscaremos la paz", afirmó.
Desde finales de agosto, la Casa Blanca acusa a las autoridades venezolanas de encabezar un supuesto cartel de drogas y ha ordenado un progresivo despliegue militar en aguas caribeñas próximas a Venezuela.
Venezuela alerta ante la Corte Penal Internacional sobre riesgos contra la paz regional
Una delegación de Venezuela advirtió el martes en La Haya que la estabilidad en el Caribe enfrenta un escenario "amenazado" por el despliegue militar estadounidense "sin precedentes" en esa zona.
Esta posición fue expuesta durante la Asamblea de Estados Partes de la Corte Penal Internacional (CPI), donde el embajador permanente de Venezuela ante la CPI, Héctor Constant Rosales, señaló que estas operaciones buscan "afectar la soberanía" de Venezuela y generan riesgos para "una región amante de la paz", informó la agencia Xinhua.
De esta manera el funcionario afirmó que la representación venezolana acudió al foro internacional para "alertar y condenar estas acciones hegemónicas que hoy amenazan la paz regional".

Además, el diplomático vinculó esa situación con un clima de "intimidación" que, aseguró, pesa sobre el trabajo de la CPI como consecuencia de "sanciones, amenazas y presiones políticas" dirigidas a fiscales y jueces, prácticas que buscan frenar investigaciones y condicionan las decisiones de la Corte, según consideró.
Asimismo, el embajador reiteró que Venezuela, "como Estado soberano", tiene la facultad de conducir sus procesos penales sin injerencias ajenas, y agregó que la justicia internacional no puede transformarse en un instrumento "de dominación selectiva", ni operar con "un doble rasero" que, a su juicio, termina por beneficiar a los actores más poderosos en detrimento de países que reivindican independencia y soberanía.