Un devastador tiroteo sacudió este martes la escuela secundaria Borg Dreierschützengasse en Graz, la segunda ciudad más grande de Austria, dejando un saldo trágico de 11 personas fallecidas. Entre las víctimas se cuentan siete estudiantes, un adulto —presumiblemente un docente— y el propio atacante, quien se habría suicidado tras el brutal ataque.
El incidente, que ha conmocionado a toda Austria, dejó además al menos 28 personas heridas, cuatro de ellas en estado crítico y algunas con heridas de bala en la cabeza, según reportes de medios locales como Kronen Zeitung y oe24.
El horror comenzó alrededor de las 10:00 (hora local) cuando el agresor, identificado como un exalumno de 22 años, abrió fuego en dos aulas del colegio utilizando una pistola y una escopeta. Según informó Salzburger Nachrichten, las armas eran de su posesión legal. El atacante, descrito por algunos medios como una posible víctima de acoso escolar, fue encontrado muerto en un baño de la escuela, aparentemente por suicidio.
Las autoridades, incluyendo la unidad táctica Cobra, actuaron rápidamente para evacuar el edificio y confirmar que no existía peligro adicional para la comunidad.
La alcaldesa de Graz, Elke Kahr, calificó el suceso como una "terrible tragedia" y confirmó la presencia de estudiantes y un adulto entre las víctimas. El Ministerio del Interior de Austria reportó los múltiples fallecidos, mientras que la policía detalló la magnitud del despliegue de emergencia: 158 paramédicos y 65 vehículos de emergencia atendieron la escena, trasladando a los heridos a hospitales y a un centro de eventos, el Helmut List Hall, para atención de emergencia.
La conmoción se extendió a las más altas esferas del gobierno. El canciller austriaco, Christian Stocker, expresó que el ataque es una "tragedia nacional" y un "acto incomprensible" de violencia. Desde el ámbito internacional, la jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, condenó el hecho en la plataforma X, subrayando que "cada niño debería sentirse seguro en la escuela". El alcalde de Viena, Michael Ludwig, hizo un llamado a la unidad nacional, declarando que "el odio y la violencia no deben prevalecer".
Este tiroteo se posiciona como uno de los peores en la historia de Austria, ocurriendo casi una década después del ataque de 2015 en Graz, que también dejó tres muertos. A pesar de que Austria ostenta una de las tasas más altas de posesión de armas en Europa (30 por cada 100 habitantes, según Small Arms Survey), los incidentes de violencia armada en lugares públicos son notablemente raros en el país.
La policía continúa investigando los motivos detrás de este ataque, mientras la comunidad de Graz y el país entero se unen en luto y solidaridad.