Tensión en Los Ángeles: Trump ordena la evacuación y se intensifica la militarización
El presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles tras una ola de protestas desatadas por redadas migratorias. El jefe del LAPD reconoció que la situación se volvió "incontrolable" y se evalúa una intervención militar más amplia.

La tensión escaló este domingo en el centro de Los Ángeles tras una serie de protestas vinculadas a operativos migratorios, que derivaron en enfrentamientos con la policía, actos de vandalismo y un fuerte despliegue de seguridad. La Policía local ordenó la evacuación de varias zonas del casco urbano, cerró calles al tránsito vehicular y peatonal, y prohibió las reuniones públicas. El área alrededor del Ayuntamiento permanece patrullada por efectivos policiales a pie y a caballo, con un paisaje desolado y bajo control extremo.

El epicentro del conflicto es un complejo federal que alberga un centro de detención. En su fachada, apareció la consigna "Our City" (Nuestra ciudad), en rechazo al aumento de la presencia militar. En ese mismo lugar, cientos de agentes de la Guardia Nacional fueron desplegados por orden del presidente Donald Trump, quien intervino directamente tras los disturbios.

El mandatario urgió públicamente al jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), Jim McDonnell, a "traer a las tropas ahora". A través de un mensaje publicado en la red Truth Social, Trump citó declaraciones del propio McDonnell, quien había reconocido en conferencia de prensa que el nivel de violencia en las calles era "incontrolable". "Jim McDonnell, el altamente respetado jefe del LAPD, acaba de decir que los manifestantes se están volviendo mucho más agresivos (...) ¡Debería hacerlo AHORA MISMO! ¡No dejen que estos matones se salgan con la suya!", escribió el presidente.

Minutos más tarde, Trump redobló la presión: "¡TRAIGAN A LAS TROPAS!" y exigió arrestar a "las personas enmascaradas", en referencia a quienes participaron en las protestas posteriores a las redadas migratorias ejecutadas por el ICE desde el viernes.

La escalada de violencia coincide con la entrada en vigor del nuevo veto migratorio impulsado por la Casa Blanca, que restringe el ingreso a ciudadanos de 19 países. La medida generó protestas masivas en Los Ángeles, que degeneraron en disturbios nocturnos.

Frente a la prensa, McDonnell admitió que el LAPD estaba sobrepasado: "Contamos con enormes recursos aquí, pero viendo la violencia esta noche, creo que debemos reevaluarlo". También señaló que cualquier intervención militar debía seguir un proceso institucional, aunque reconoció que el despliegue de tropas federales se hizo sin consulta directa al comando local. "Nosotros habríamos pasado por una serie de pasos antes de llegar a ese punto", explicó, aunque valoró que la interacción con las fuerzas militares ha sido "positiva en general".

Paralelamente, Trump anunció el envío de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional a la ciudad. La decisión fue tomada sin el consentimiento del gobernador de California, Gavin Newsom, quien acusó al gobierno federal de "usurpar la autoridad estatal" y anticipó acciones legales. "No le den a Trump lo que quiere", escribió Newsom en redes sociales, llamando a manifestarse de forma pacífica.

En su mensaje, Trump justificó el uso de la fuerza calificando a Los Ángeles como una ciudad "invadida por inmigrantes ilegales y criminales", y aseguró que los disturbios "refuerzan nuestra determinación de deportar".

Desde el LAPD, McDonnell intentó desmarcarse del uso político de la seguridad. "Nuestro trabajo no es dividir comunidades ni politizar la aplicación de la ley. Es mantener a todos seguros", sostuvo. También reconoció el "temor y la ansiedad" que atraviesa la comunidad, especialmente entre los migrantes, y reiteró el compromiso del cuerpo policial con la transparencia, la rendición de cuentas y el respeto a los derechos de todos los ciudadanos, independientemente de su estatus migratorio.