Durante la jornada del lunes se conoció que el abultado expediente iniciado por el crimen, cuyo móvil aún es incierto para la justicia, del ex ministro de desarrollo social de la provincia, Juan Carlos Rojas, sumó más fojas.
A la "planimetría" que se iba a desarrollar en la casa y las afueras del inmueble de "Rojitas", con el objetivo de delimitar la zona en la que próximamente se realizaría la reconstrucción del crimen, se sumó una nueva inspección ocular que el fiscal Hugo Costilla encabezó días atrás en la casa del homicidio.
De acuerdo a la información brindada por fuentes judiciales, recientemente los investigadores tomaron conocimiento que Juan Carlos tenía una computadora portátil que había comprado después de asumir al cargo en el ejecutivo, y que la utilizaba tanto para trabajar como para sus cosas privadas.
Pese a que durante los inicios de la investigación judicial que lleva más de un año y medio, la justicia dispuso el secuestro de computadoras, teléfonos celulares, tablet y otros artefactos electrónicos, nada se sabía de esta computadora, la que al ser buscada ahora por los investigadores, no la encontraron.
Según trascendió, en la casa de Rojitas solo estaba la caja de la computadora, por lo que se sospecha que la misma pudo haber sido hurtada -recordando que la abertura de la casa de Juan Carlos ni ninguna otra abertura estaba forzada- el mismo día en el que asesinaron al ministro.
Esto teniendo en cuenta que la casa de Rojitas fue registrada en múltiples oportunidades por los investigadores, y que desde que se supo el 5 de diciembre del 2022 que había sido víctima de una muerte violenta, el inmueble permaneció cerrado y con custodia policial.
El hallazgo de la caja de la computadora sembró incertidumbre en los investigadores, esto porque la hipótesis de un "robo" había sido descartada casi de inmediato, ya que, el día que Fernando Rojas encontró a su padre muerto, había varios elementos de valor en la casa, entre ellos dinero, que no fueron "llevados" por el o los homicidas.
Claro está, que también las sospechas crecen en que el hecho no se trató de un robo al azar ni mucho menos. Más bien quien se "llevó" la computadora, pudo haber tenido conocimiento que Juan Carlos la utilizaba para su trabajo y la llevaba consigo cada vez que viajaba a una reunión por temas del ministerio.