Ramón Oliva fue condenado ayer en un juicio unipersonal en la Cámara Penal N° 1 a la pena de un año de prisión en suspenso.
El sujeto llegaba acusado del delito de “encubrimiento agravado por el ánimo de lucro”, ocurrido el cinco de junio del año 2016, cuando se robó un televisor en el barrio Villa Eumelia y lo vendió. Una mujer pagó mil pesos por el electrodoméstico, que luego de enterarse que era fruto de un robo, lo entregó a la policía.
Al reconocer el hecho, el fiscal solicitó en los alegatos la pena de un año de prisión en suspenso, en razón que el ahora condenado no contaba con antecedentes, lo que finalmente fue aceptado por el juez Fernando Esteban, quien falló en igual sentido.