El Gobierno niega que exista un intento de desacreditar a Villarruel o de intervenir al Senado
Las últimas declaraciones de la vice, que generaron enojo en el Ejecutivo, fueron en relación con su sueldo, tras congelar las dietas de los senadores: "Me pagan dos chirolas y soy vice".

La relación entre la vicepresidenta Victoria Villarruel y el presidente Javier Milei ha entrado en una espiral de tensión que amenaza con afectar la dinámica interna del Senado. Mientras que desde el Ejecutivo se niega cualquier intento de desacreditar a la presidenta de la Cámara Alta, los rumores sobre una posible intervención y el control de puestos clave han generado controversia.

El desencuentro entre Milei y Villarruel: ¿Crisis de liderazgo?

La confrontación más reciente entre Victoria Villarruel y Javier Milei se originó tras las declaraciones de la vicepresidenta sobre su salario, que calificó como insuficiente. En redes sociales, Villarruel afirmó: "Me pagan dos chirolas y soy vice". Estas palabras desencadenaron una respuesta inmediata del mandatario, quien las consideró "desafortunadas" e insensibles frente a la realidad económica de los argentinos.

Desde Casa Rosada, fuentes oficiales aseguran que la imagen pública de Villarruel ha sido afectada principalmente por sus propios "errores no forzados" y decisiones controvertidas, como el congelamiento de las dietas de los senadores. Aunque encuestas recientes muestran un descenso en su popularidad, el Ejecutivo insiste en que no busca desacreditarla ni intervenir en el Senado.

El temor a la intervención del Senado

El entorno de Villarruel ha manifestado su preocupación por la posibilidad de que el Gobierno busque colocar figuras afines a Milei en posiciones clave del Senado. Este cambio estratégico podría ocurrir en febrero, durante la renovación de las autoridades internas, que incluye la Presidencia Provisional y las Secretarías Administrativa y Legislativa.

Una de las señales que encendió las alarmas fue la decisión de Villarruel de reducir las funciones de María Laura Izzo, secretaria Administrativa, quien había sido designada por la vicepresidenta como una figura de confianza. Estas acciones, sumadas a las tensiones internas, han alimentado la percepción de una fractura en la relación entre Villarruel y el Ejecutivo.

Por su parte, fuentes cercanas al Gobierno aseguran que no existe intención de influir en las decisiones del Senado. "No se pueden meter en una casa que no es suya", afirmaron algunos legisladores, minimizando las preocupaciones sobre una posible intervención.

El impacto en el Senado: una Cámara Alta dividida

La creciente tensión entre la fórmula presidencial ha generado malestar entre los senadores, quienes consideran que Villarruel no está desempeñando el rol de articuladora entre el Senado y el Ejecutivo, una tarea que sí realiza Martín Menem en la Cámara de Diputados.

Legisladores dialoguistas han expresado su frustración por la falta de coordinación en la Cámara Alta y por la aparente desconexión de Villarruel con las prioridades legislativas. "Está enamorada de las encuestas", comentó un integrante del Congreso, en referencia al enfoque de la vicepresidenta en su imagen pública más que en la construcción política.

Una vicepresidencia bajo presión

La polémica no se limita a la relación con el Ejecutivo. En el Senado, la gestión de Villarruel ha estado marcada por debates sobre aumentos salariales y la reciente expulsión del senador Edgardo Kueider, lo que ha generado incertidumbre sobre la estabilidad de la Cámara Alta.

La acumulación de conflictos internos y externos pone en evidencia la necesidad de una mayor cohesión entre los líderes políticos para garantizar el buen funcionamiento del Senado.

¿Hacia una solución o una fractura política?

La tensión entre Victoria Villarruel y Javier Milei plantea serios desafíos para el Gobierno y el Senado. Aunque desde el Ejecutivo se niega cualquier intento de intervención, las percepciones sobre la relación entre ambos líderes y su impacto en la Cámara Alta siguen generando debate.

La capacidad de Villarruel para superar estas diferencias y consolidar su rol como presidenta del Senado será clave para definir no solo su futuro político, sino también el equilibrio de poder dentro del gobierno. Es imperativo que las figuras políticas trabajen en conjunto para superar estas tensiones y fortalecer las instituciones democráticas en un momento crucial para el país.