El brutal asesinato de Lara Gutiérrez (15), Morena Verdi (20) y Brenda del Castillo (20) en Florencio Varela reavivó las denuncias de la Iglesia Católica sobre el avance del narcotráfico en los barrios más vulnerables del país.
La Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia del Episcopado difundió un comunicado en el que advirtió que estos crímenes son consecuencia directa de la expansión del narcotráfico y de la falta de presencia estatal. "Una vez más nos encontramos frente a un episodio trágico en nuestra sociedad, producto del avance del narcotráfico, especialmente en los barrios más vulnerables", señaló el organismo.
El documento expresó solidaridad con las familias de las tres jóvenes y retomó palabras del Papa Francisco: "Los traficantes de drogas son traficantes de muerte. Esta plaga, que produce violencia y siembra sufrimiento y muerte, exige un acto de valentía por parte de toda la sociedad".
La Iglesia remarcó que su trabajo en villas y barrios populares busca acompañar y contener a niños y jóvenes, pero advirtió que se necesita con urgencia una presencia "inteligente y cooperadora" del Estado a través de la justicia y las fuerzas de seguridad, para brindar respuestas efectivas y no dejar espacio a las redes narco.
El obispo de San Justo, monseñor Eduardo Horacio García, coincidió en el diagnóstico y alertó: "Aparecen las noticias solo cuando son hechos aberrantes, pero este es un tema de todos los días. Hay un montón de muertes anónimas que no llegan a la exposición mediática. Está tan instalado el narco en los barrios que es común que el kiosquero venda droga y que los chicos sean usados como perejiles".
En la misma línea, el Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares sostuvo que "el corrimiento del Estado deja espacio al crecimiento del narcotráfico". "Hace décadas que este flagelo se enseñoreó en nuestras comunidades. Nos preocupa que muchas intervenciones estatales estén más vinculadas a campañas políticas que a las necesidades concretas del pueblo humilde", señalaron.
Como salida, plantearon la necesidad de urbanizar los barrios y abrir nuevas oportunidades de inclusión, en lugar de respuestas coyunturales que no frenan la expansión del crimen organizado.
