El pintoresco Hualfín, fue tierra de bravíos calchaquíes y de antiguas estancias, de los que quedan importantes testimonios. Es una de las localidades belichas que convoca a los turistas. Se lo descubre sorpresivamente, como un verde oasis en el bajo del río. En ambas márgenes tiene cultivos de vid, maíz, frutales y, especialmente, de pimiento, que se comercializa para elaborar pimentón de muy buena calidad o para envasar. También se elabora vino regional. El sitio invita a agradables paseos por la bonita campiña, sombreada por añosos sauces y acacias, y colorida con flores silvestres.
A la entrada del pueblo Hualfín se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario (MHN), una de las iglesias coloniales catamarqueñas más bellas, con acceso cobijado por un amplio arco, blanco y sencillo, donde destaca un noble portal de algarrobo. Por éste, o por la galería lateral con graciosas arcadas, acceda a una silenciosa nave con antiguas pinturas murales.
Las sierras de Hualfín, junto al pueblo, ofrecen otro interesante recorrido para visitar los territorios del bravío cacique Chelemin, quien desde allí organizó, en 1630, el gran alzamiento calchaquí contra el dominio español. La alianza integró tribus desde Salta hasta el valle Fértil (San Juan) y perduró más de treinta años después de la muerte del cacique, descuartizado en Londres en 1632.
