Boca perdió 2-1 con Defensa y Justicia en su visita a Florencio Varela
Dos errores de Marchesin le costaron caro al Xeneize, que lo había empatado con un gol de Paredes a minutos del final.

Otra derrota gratuita, autoinfligida,que se asocia los dos empates anteriores y que saca a Boca, ahora sí, del veranito de los tres triunfos consecutivos de fechas atrás. Principal responsable, esta vez, un cuerpo técnico que, ahora sí, le quedaron dos números grandes los zapatos de Miguel, que habrá que ver cómo vuelve y cuando vuelve...

De a ratos conectado, dos o tres jugadas, alguna situación generada como al pasar, mechada con ratos de desconexión, de cederle la iniciativa a Defensa. En definitiva, sin hacerse cargo de su responsabilidad, de su necesidad de ganar, porque el resto suma y Boca necesita puntos ya. Quedó en un ni, aunque así y todo generó más, con la sensación de que el gol, más temprano o más tarde, iba a llegar. Pero fueron pasando los minutos y el cero no se movía. Una bomba de derecha de Merentiel que sacó Bologna con los puños, un zurdazo lejano de Blanco, una que Giménez recibió de Paredes, cuerpeó con Fernández y cuando iba a definir, el defensor de Defensa se la punteó. Y ahí naufragaron las situaciones de Boca, contra la nada misma de Defensa, que apuraba, apretaba, intentaba, pero que no generaba nada.

Fue siempre más o menos el mismo esquema, Velasco en una punta, Aguirre en la otra, y en el medio los esfuerzos de Paredes para conectarlos. Muy estáticos, fijos sobre la raya, la pelota la entretenían de Barinaga a Battaglia, a uno de los centrales y cada tanto alguna habilitación de Paredes para algún intento de Merentiel o Giménez, pero sin sorpresa, ni gambeta para romper.

El ingreso de Zenón tuvo sentido. Ahora, es difícil de justificar el haber amontonado jugadores parecidos, para colmo mediocampistas centrales. Si querés meter a Ander Herrera está bien, pero mandarlo a la cancha con Alarcón, y al mismo tiempo mantener a Battaglia (y sacar a Giménez, además) no se entiende cuál es el razonamiento que justifique semejante decisión.

Para colmo, en el medio llegó el pelotazo para Osorio y el penal de Marchesín. Hay contacto, pareció más fabricado por el delantero que causado por el arquero, aunque Marchesín se expone al ir sobre el cuerpo del jugador de Defensa. Baliño tuvo argumentos para haber mantenido su decisión pese al llamado del VAR.

Recién ahí, Úbeda corrigió el sinsentido de tener tanto cinco y mandó a Janson por Battaglia. Igual, el equipo que quedó en cancha es toda una excentricidad, difícil que Russo lo hubiera hecho en circunstancias normales. En fin...

Tan responsable como Úbeda es Marchesín. Antes, el penal a Ander Herrera que convirtió Paredes había puesto algo de justicia en Varela. Pero vino el tiro libre de Soto que el arquero dejó picar, inexplicablemente, rompiendo la regla número 1 del puesto: el área chica es reino del arquero y se defiende con el cuerpo. El ex Lanús se abatató, la pelota le picó y, ligero como estaba el campo, hizo patito, lo descolocó y apareció Osorio, el verdugo, para meter el 2-1 en el descuento.

Y así, Boca empezó a caer en la tabla y se le acumulan los problemas: el equipo se le cae y, hoy, no tiene entrenador. ¿Y ahora?