El Gran Premio de Hungría quedará en el recuerdo de Franco Colapinto como una de las jornadas más frustrantes de la temporada. Más allá de una largada complicada, el piloto argentino fue víctima de dos paradas en boxes plagadas de errores por parte de su equipo, que lo hicieron perder valiosos segundos y lo relegaron al último lugar de la carrera.
El primer inconveniente se produjo durante la primera detención, cuando los mecánicos demoraron poco más de 7 segundos en realizar un simple cambio de neumáticos. La situación se habría complicado por un problema en una de las ruedas traseras. A pesar de ello, Colapinto logró recuperar posiciones y escalar del puesto 20° al 15°.
Sin embargo, la segunda parada fue aún más caótica. Cuando era crucial no cometer errores, el equipo volvió a fallar y repitió una detención de 7 segundos, lo que condenó al piloto de Alpine a caer nuevamente al fondo del pelotón. La frustración de Colapinto fue evidente: "Mi Dios", exclamó con la voz quebrada mientras retomaba la pista.
La reacción en redes sociales no se hizo esperar. Las cuentas oficiales de la escudería Alpine fueron inundadas de mensajes de indignación, no solo de fanáticos argentinos, sino también de seguidores de todo el mundo, que expresaron su sorpresa y enojo ante la ineficiencia en las paradas de boxes. Algunos incluso insinuaron un supuesto "boicot" al piloto argentino.
Los comentarios en las publicaciones del equipo superaron rápidamente el millar y continúan aumentando a medida que se viralizan los videos de las polémicas detenciones.