El noble gesto en el Mundial de Atletismo que recorre el mundo
Carlos San Martín y Tim Van de Velde protagonizaron una de las postales más humanas del campeonato en los 3.000 metros con obstáculos. Sin chances de clasificar, cruzaron la meta abrazados tras una serie marcada por caídas y lesiones.

El Mundial de Atletismo 2025, que comenzó este sábado en Tokio y se extenderá hasta el domingo 21 de septiembre, dejó en su primera jornada una imagen que dio la vuelta al mundo. Más allá de los focos en figuras como Noah Lyles (velocista) y Armand Duplantis (garrocha), el momento más emotivo se vivió en la tercera serie clasificatoria de los 3.000 metros con obstáculos.

La prueba estuvo cargada de incidentes. El español Dani Arce debió abandonar tras golpearse la rodilla izquierda en un obstáculo. El colombiano Carlos San Martín y el belga Tim Van de Velde también sufrieron contratiempos y quedaron relegados en las últimas posiciones. Pero en el cierre dieron una lección de juego limpio y compañerismo.

Van de Velde encaraba el último obstáculo cuando notó que San Martín, lesionado y sin fuerzas, lo superaba con dificultad. Lejos de continuar solo, el belga retrocedió unos metros, lo abrazó y lo acompañó hasta la meta. El colombiano, apoyado en su colega, llegó cojeando y finalizó anteúltimo con un tiempo de 9:02.20; Van de Velde lo siguió con 9:02.21. Fueron los dos peores registros de la clasificación, pero el gesto superó cualquier resultado.

"Gracias, tu apoyo demuestra el verdadero espíritu del deporte", escribió San Martín en sus redes sociales. El momento fue catalogado por Runner's World como "uno de los más memorables y emotivos del Mundial". Otros medios, como Claro Sports y The Sun, coincidieron en destacar la escena como ejemplo de solidaridad.

Carlos San Martín

San Martín, de 31 años, tricampeón sudamericano y medallista panamericano, no logró recuperarse y debió retirarse en silla de ruedas tras la exigencia de la prueba. Van de Velde, de 25, bicampeón nacional belga y campeón europeo Sub 18, tampoco avanzó de ronda, pero se ganó un reconocimiento inesperado.

La postal de ambos abrazados cruzando la meta se convirtió en símbolo del espíritu deportivo que el Mundial de Tokio busca transmitir.