Marcos Rojo comenzó su etapa en Racing con gran protagonismo. A tan solo cuatro días de su salida de Boca, debutó contra Peñarol en Montevideo por los octavos de final de la Copa Libertadores, y una semana después fue titular en la revancha en el Cilindro de Avellaneda. En ese partido, marcó un gol anulado, pidió el cambio por una molestia y fue expulsado desde el banco de suplentes. La Academia avanzó a cuartos de final, donde enfrentará a Vélez.
En una de sus primeras entrevistas tras su arribo a Avellaneda, el defensor se sinceró sobre los conflictos que precipitaron su salida de Boca, en particular una discusión con Miguel Ángel Russo. También habló del papel de Juan Román Riquelme y aseguró que su llegada a Racing tiene sabor a revancha.
"¿Por qué me fui de Boca? Todo empezó en el partido contra Independiente, donde me sentí mal. Al día siguiente me entrené, pero Mariano Herrón me sacó; se dijeron un montón de cosas y mentiras", explicó Rojo, recordando el partido de cuartos de final del Torneo Apertura. Según trascendidos, su ausencia se atribuyó a problemas físicos, aunque desde Ezeiza se filtró que había conflictos de disciplina y clima en el vestuario.
El defensor detalló que, pese a los rumores, su relación con Riquelme se mantuvo cordial: "Un día lo crucé a Román en la cancha y le pregunté si había algún problema conmigo. Me dijo que no, que había confianza y que si tenía algo para decirme me lo diría, y le respondí lo mismo".
El quiebre definitivo ocurrió en la previa del tercer partido del Mundial de Clubes contra Auckland City. Rojo confesó que estaba sentido y prefirió no arriesgar su físico, lo que generó un fuerte cruce con Russo: "Ahí me di cuenta de que no iba a jugar más y hablé con los chicos del Consejo de Fútbol para arreglar mi salida".
En Racing, Rojo encontró un entorno más receptivo. "El cariño de la gente lo sentí desde el primer momento. Al día siguiente de firmar fui a verlo contra Tigre y los mismos hinchas que me criticaban me pedían fotos", comentó entre risas.
Sobre su expulsión frente a Peñarol, aclaró: "El árbitro estaba mal predispuesto, no lo insulté. Caminando hacia el banco dije algo, pero no le hablé directamente a Gustavo Costas".
Rojo se mostró motivado con el nuevo desafío: "Racing es candidato a campeón. Apenas llegué me di cuenta de la intensidad del equipo y de las ganas de ganar la Copa. Ahora viene un duelo muy difícil con Vélez, puede pasar cualquier cosa".