Lionel Messi regresó este miércoles a la Argentina para comenzar su período de vacaciones, luego de una intensa agenda internacional que incluyó una gira por la India y la reciente consagración en la Major League Soccer (MLS) con el Inter Miami. El capitán de la Selección nacional pasará las fiestas de Navidad y Año Nuevo en Rosario, su ciudad natal, donde descansará junto a su familia antes de encarar la pretemporada con la mirada puesta en el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026.
El astro argentino arribó al país a bordo de su avión privado, que aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Sauce Viejo, en la provincia de Santa Fe. La elección de esta terminal aérea respondió al cierre temporario del aeropuerto internacional Islas Malvinas, en Fisherton, Rosario, que se encuentra en plena etapa de obras de infraestructura y modernización. Desde Sauce Viejo, Messi continuó su trayecto por vía terrestre hasta su residencia en Funes, localidad ubicada en las afueras de Rosario, donde suele alojarse cada vez que regresa al país.
La llegada del rosarino generó una gran expectativa entre los fanáticos, que se acercaron en gran número al perímetro del aeropuerto santafesino para intentar ver al ídolo y saludarlo, aunque fuera a la distancia. La presencia de Messi en Santa Fe no pasó desapercibida, ya que se trató de un regreso poco habitual: el capitán albiceleste no pisaba esa provincia desde hacía más de 14 años.
La última vez que Lionel Messi estuvo en suelo santafesino fue el 16 de julio de 2011, cuando la Selección argentina, dirigida en aquel entonces por Sergio Batista, quedó eliminada por penales ante Uruguay en los cuartos de final de la Copa América disputada en el país. Aquel encuentro se jugó en el estadio Brigadier General Estanislao López, de Colón de Santa Fe, y significó una de las derrotas más dolorosas del ciclo previo a la llegada de Alejandro Sabella.
En esta oportunidad, el contexto es muy diferente. Messi llega al país como campeón del mundo, bicampeón de América y reciente ganador de la MLS, consolidado como una de las máximas leyendas del fútbol mundial. Su regreso a Rosario no solo tiene un carácter íntimo y familiar, sino también simbólico, ya que cada visita del capitán despierta un fuerte sentimiento de orgullo y cercanía entre los hinchas argentinos.
Durante su estadía en el país, se espera que Messi mantenga un perfil bajo, centrado en el descanso y en el tiempo junto a su esposa Antonela Roccuzzo y sus hijos. Como es habitual, su agenda será reservada y con estrictas medidas de seguridad, aunque no se descarta que realice alguna aparición pública puntual, como visitas a familiares o actividades privadas.
El receso será clave para el futbolista de 37 años, que buscará una óptima recuperación física antes de iniciar la pretemporada con Inter Miami. El objetivo principal sigue siendo llegar en las mejores condiciones al Mundial 2026, que podría marcar su última participación en una Copa del Mundo y un nuevo capítulo histórico en su extraordinaria carrera.
Mientras tanto, Rosario vuelve a convertirse en el refugio de Messi, el lugar al que siempre regresa y donde comienza cada nuevo desafío.