El Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció oficialmente la renovación del swap de monedas con el Banco Popular de China (PBOC) por un total de US$5.000 millones, una decisión que ofrece un importante respiro a las reservas internacionales del país y refuerza los vínculos estratégicos con el gigante asiático. Este acuerdo bilateral, vigente desde 2009, representa actualmente uno de los pilares clave para mantener la estabilidad monetaria y cambiaria en un contexto de presiones financieras y desafíos internacionales.
El tramo renovado, equivalente a 35.000 millones de yuanes, había sido activado en 2023 y debía comenzar a reducirse progresivamente a partir de junio de 2025. Sin embargo, el nuevo entendimiento extiende su disponibilidad hasta mediados de 2026, lo que permite al BCRA contar con ese monto completo durante un año más. Esta decisión, según explicó la entidad, "contribuye a reducir los riesgos en la transición hacia un régimen monetario y cambiario más consistente y sostenible".
El swap China-Argentina: un acuerdo estratégico desde 2009
El acuerdo de intercambio de monedas entre China y Argentina fue firmado originalmente en 2009 y ha sido renovado por todas las administraciones locales desde entonces. Actualmente, el swap total asciende a 130.000 millones de yuanes (alrededor de US$17.850 millones), lo que representa casi la mitad de las reservas brutas del BCRA, estimadas hoy por debajo de los US$25.000 millones.
Durante 2023, el gobierno anterior activó parte de ese swap —equivalente a US$4.800 millones— con la intención de reforzar la capacidad de pago externo en un contexto de escasez de divisas. Ese monto debía ser devuelto en cuotas a partir de mediados de 2024. La reciente renovación no solo otorga un año adicional de gracia, sino que también habilita al Gobierno a mantener esa herramienta disponible sin desembolsos inmediatos.
Contexto geopolítico: presiones de Estados Unidos y respuesta de China
La renovación del swap ocurre en medio de una creciente guerra comercial entre Estados Unidos y China, intensificada tras los anuncios de nuevos aranceles por parte del expresidente Donald Trump. En este marco, Mauricio Claver-Carone, exfuncionario del Departamento de Estado norteamericano, sugirió que Argentina debería cortar el swap con China, posicionando al acuerdo como un punto de fricción en la relación bilateral con Washington.
La respuesta no tardó en llegar desde Beijing. Un vocero del gobierno chino defendió el intercambio de monedas, asegurando que "contribuye a la estabilidad económica y financiera de Argentina" y criticó la postura estadounidense, instando a adoptar una visión más constructiva hacia América Latina.
Implicancias económicas y financieras de la renovación
Este acuerdo le permite al BCRA mantener una porción significativa de sus reservas sin necesidad de enfrentar pagos inmediatos, aliviando las tensiones en un contexto marcado por la escasez de divisas y las negociaciones abiertas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La renovación del swap también podría contribuir a sostener la normalización del comercio exterior, uno de los objetivos prioritarios del Gobierno actual.
Además, refuerza el rol de China como socio estratégico clave para Argentina, no solo en términos comerciales, sino también financieros, consolidando una alianza bilateral que impacta directamente en la política monetaria y cambiaria del país.