Lo que comenzó como una charla distendida en un estudio de televisión terminó transformándose en una de las anécdotas más comentadas del mundo del espectáculo en los últimos días. Christian Sancho sorprendió al público al relatar, con humor y sin filtros, una situación tan insólita como incómoda que vivió con la madre de su pareja, Celeste Muriega, durante una función de Sex, el espectáculo teatral dirigido por José María Muscari.
El relato salió a la luz en Otro Día Perdido (Eltrece), el programa que marcó el regreso de Mario Pergolini a la pantalla chica, y provocó una mezcla de carcajadas, sorpresa y gestos de incomodidad tanto en el conductor como en los presentes en el estudio. La historia no tardó en viralizarse y generar repercusiones en redes sociales.
Sin embargo, el contexto en el que se conoció la anécdota fue tan particular como el episodio en sí. Según explicó luego el propio Sancho, la entrevista en la que se grabó el relato formó parte de una serie de programas piloto realizados antes del estreno oficial del ciclo. De acuerdo con su versión, nadie les aclaró que se trataba de un ensayo y no de una emisión confirmada, por lo que tanto él como Muriega se retiraron del estudio convencidos de que la charla sería emitida tal cual.
Finalmente, ese material no salió al aire en la fecha prevista, lo que generó malestar en el actor, quien expresó públicamente su decepción con la producción por la falta de claridad. El programa debutó recién el lunes siguiente, ya con Pergolini instalado formalmente en su regreso a la televisión, y con parte de los contenidos de los pilotos integrados al nuevo esquema del ciclo, junto a otros invitados como Nacho Elizalde y Guillermo Novellis.
La anécdota surgió cuando la pareja recordaba su paso por Sex, una obra caracterizada por su impronta erótica y la interacción directa con el público. Muriega explicó que uno de los ejes centrales del espectáculo era el morbo que se generaba alrededor de la pareja en escena: ella, en el rol de esposa, "habilitaba" que otras mujeres miraran y tocaran a Sancho como parte de la dinámica teatral. "Había algo perverso en autorizar a la mujer que lo estaba mirando con deseo para que lo toque", señaló la bailarina.
Fue entonces cuando Sancho lanzó la frase que desató una reacción inmediata en el estudio: "Yo conocí a mi suegra haciéndole una exfoliación facial". Las risas no tardaron en aparecer, acompañadas por expresiones de sorpresa y desconcierto. Pergolini, fiel a su estilo directo, sintetizó el clima con una frase que resonó en el piso: "¡Estoy incómodo!".
Lejos de dar marcha atrás, el actor profundizó el relato. Explicó que la escena ocurrió durante una función, en un contexto de cercanía con el público y con una vestimenta mínima. "Imaginate lo que fue eso", agregó, mientras Muriega aportó un detalle que terminó de completar la postal: "Con sunga".
Según reconstruyeron ambos, Sancho desconocía por completo que la mujer con la que estaba interactuando era la madre de su pareja. Celeste explicó que le habían informado que sus padres estaban ubicados en otro sector del teatro, lejos de la zona de contacto con los espectadores. "Yo estaba tranquilo, laburé libremente", reconoció el actor, sin saber que estaba protagonizando una escena que luego sería motivo de risas familiares.
La revelación llegó más tarde. "Cuando volvió, le mostré dónde estaban mis viejos y ahí se dio cuenta", recordó Muriega entre risas. Sancho fue aún más gráfico al describir su reacción: "Me desfiguré. Cuando vi quiénes eran, dije 'no'". Según el relato, el padre de Celeste no ocultó su incomodidad, mientras que la madre atravesó la situación con entereza y sin hacer comentarios.
El intercambio en el programa continuó con preguntas de Pergolini que llevaron la escena al límite del absurdo, imaginando cenas posteriores, encuentros familiares y celebraciones compartidas. "Yo me imagino todavía en las fiestas, comiendo mirando para abajo", bromeó el conductor, mientras el estudio estallaba en risas.