En medio de una profunda expectativa global, este miércoles comenzó en la Capilla Sixtina el cónclave que definirá al próximo papa, tras la renuncia del pontífice Francisco. Los 133 cardenales electores, encabezados por Pietro Parolin, uno de los nombres más mencionados como posible sucesor, participan de esta histórica ceremonia que marcará el futuro de la Iglesia Católica.
Antes de iniciar las votaciones, los cardenales deben prestar juramento de secreto absoluto sobre todo lo relacionado con el proceso de elección. Este compromiso se realiza de manera individual y en latín, con cada cardenal colocando su mano sobre los Evangelios mientras pronuncia la fórmula ritual: "Et ego [nombre] Cardinalis [apellido] spondeo, voveo ac iuro. Sic me Deus adiuvet et haec Sancta Dei Evangelia, quae manu mea tango."

En español, esta fórmula se traduce como: "Y yo, [nombre] Cardenal [apellido], prometo, voto y juro. Así me ayude Dios y estos Santos Evangelios que toco con mi mano."
Una vez completado el juramento, las puertas de la Capilla Sixtina se cerrarán, marcando el inicio formal del cónclave, un proceso que se mantendrá en estricta confidencialidad hasta que se logre un consenso y el humo blanco anuncie al mundo que un nuevo Papa ha sido elegido.