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Drones rusos atacan Odesa y causan seis heridos, incluyendo niños

Aviones no tripulados rusos impactaron edificios residenciales y redes de energía en la ciudad portuaria del sur de Ucrania. Entre los heridos hay tres menores. El ataque se produjo en medio de un recrudecimiento de los bombardeos sobre zonas urbanas y mientras se reactivan contactos diplomáticos para frenar el conflicto.

31 Diciembre de 2025 08.22

Un nuevo ataque con drones lanzado por fuerzas rusas contra la ciudad de Odesa, en el sur de Ucrania, dejó al menos seis personas heridas, entre ellas un niño pequeño y otros dos menores de edad, y provocó importantes daños en edificios residenciales y en la infraestructura eléctrica. El bombardeo ocurrió durante la noche y fue confirmado este miércoles por autoridades locales y empresas del sector energético.

Según informó el jefe de la administración militar regional, Oleh Kiper, al menos cuatro edificios de apartamentos resultaron afectados por el impacto de los aviones no tripulados. Las explosiones causaron destrozos estructurales, rompieron ventanas y generaron escenas de pánico entre los vecinos, que debieron refugiarse durante las horas de ataque.

En paralelo, la compañía eléctrica ucraniana DTEK confirmó que dos de sus instalaciones sufrieron daños significativos como consecuencia del bombardeo. La empresa advirtió además que solo durante el mes de diciembre, al menos diez subestaciones de distribución eléctrica en la región de Odesa fueron alcanzadas por ataques similares, lo que agrava la situación energética en plena temporada invernal.

Las autoridades ucranianas señalan que Rusia ha intensificado en lo que va del año los ataques de largo alcance sobre centros urbanos, con especial énfasis en la infraestructura crítica. En los últimos meses, a medida que la invasión rusa se aproxima a su cuarto aniversario, previsto para febrero, Moscú ha redoblado los bombardeos contra centrales eléctricas, redes de distribución y sistemas de agua, con el objetivo de debilitar a la población civil durante los meses de frío extremo.

El impacto humanitario del conflicto sigue en aumento. De acuerdo con datos difundidos por Naciones Unidas a comienzos de diciembre, entre enero y noviembre de este año murieron más de 2.300 civiles ucranianos y más de 11.000 resultaron heridos. Estas cifras representan un incremento del 26% respecto del mismo período de 2024 y un 70% más que el año anterior, lo que refleja una escalada sostenida de la violencia.

Los ataques nocturnos sobre Odesa se produjeron en un contexto de renovados esfuerzos diplomáticos para poner fin a las hostilidades. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió el domingo en su residencia de Florida a su par ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, y aseguró que un eventual acuerdo de paz está "más cerca que nunca". En esa línea, se espera que el mandatario ucraniano mantenga la próxima semana reuniones con líderes europeos que respaldan su posición y buscan establecer condiciones aceptables para una salida negociada.

Sin embargo, la continuidad de los bombardeos mantiene elevada la tensión. "Las operaciones nocturnas en Odesa son una prueba más de las tácticas de terror del enemigo, que deliberadamente apuntan contra la infraestructura civil", denunció Kiper, al responsabilizar a Rusia por los daños y las víctimas.

En paralelo, Moscú acusó a Ucrania de haber intentado atacar la residencia del presidente Vladímir Putin, ubicada en el noroeste de Rusia, mediante el lanzamiento de 91 drones de largo alcance entre la noche del domingo y la madrugada del lunes. Las autoridades ucranianas rechazaron esa versión y sostuvieron que se trata de una maniobra para entorpecer los avances en las negociaciones de paz.

El mayor general Alexander Romanenkov, de las Fuerzas Aéreas rusas, afirmó que los drones habrían partido desde las regiones ucranianas de Sumy y Chernihiv. En una sesión informativa sin posibilidad de preguntas, presentó un mapa con las supuestas rutas de vuelo antes de que los aparatos fueran derribados por defensas antiaéreas rusas sobre las regiones de Bryansk, Tver, Smolensk y Novgorod. Estos reportes no pudieron ser verificados de manera independiente.

Por su parte, la Fuerza Aérea ucraniana informó que durante la misma noche Rusia lanzó 127 drones contra distintas zonas del país, de los cuales 101 fueron interceptados. En tanto, el Ministerio de Defensa ruso aseguró haber derribado 86 drones ucranianos sobre varias regiones de Rusia, el mar Negro y la península de Crimea, anexada ilegalmente por Moscú hace más de una década.

Uno de esos ataques ucranianos provocó un incendio en una refinería de petróleo en la región rusa de Krasnodar, que fue controlado rápidamente, según informaron autoridades locales.

Finalmente, se aclaró que una versión previa de este despacho consignó de manera incorrecta la fecha del presunto ataque con drones contra la residencia del presidente ruso, que ocurrió entre el domingo por la noche y el lunes temprano, y no durante el sábado.