El escenario del Ayuntamiento de Oslo se convirtió este miércoles en el epicentro de un fuerte pronunciamiento político internacional contra el régimen venezolano. En el marco de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a la dirigente opositora María Corina Machado, el presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, emitió un mensaje contundente dirigido al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro: "Señor Maduro, acepte los resultados electorales y renuncie".
La frase, pronunciada frente a una sala colmada de referentes políticos, diplomáticos y representantes de la diáspora venezolana, desató una ovación prolongada y marcó el tono de una jornada atravesada por la emoción, la denuncia y la tensión política. El reclamo explícito por una transición democrática convirtió al acto en uno de los más cargados de significado político de los últimos años en la historia del Nobel de la Paz.
Un reclamo directo por una transición democrática
Durante su discurso, Frydnes pidió al líder bolivariano que "siente las bases para una transición pacífica hacia la democracia", al afirmar que ese es el mandato expresado por el pueblo venezolano. En ese sentido, destacó el rol de la oposición y, en particular, el liderazgo de Machado, a quien definió como una figura clave en la resistencia democrática.
"Cuando la gente se niega a renunciar a la democracia, se niega a renunciar a la paz", sostuvo el titular del Comité Nobel, y agregó que la lucha encabezada por Machado "ha encendido una llama que ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar". Sus palabras fueron respondidas con un aplauso cerrado que se extendió por varios minutos.
Emoción y simbolismo en la familia Machado
En ausencia de la propia María Corina Machado —quien no pudo llegar a tiempo a la ceremonia—, fue su hija, Ana Corina Sosa, la encargada de recibir el galardón en su nombre. La joven leyó el discurso preparado por su madre en un inglés fluido y preciso, y recibió una ovación de pie que reflejó el impacto del mensaje entre los asistentes.
En el texto, Machado denunció el "terrorismo de Estado" ejercido por el gobierno de Maduro, al que acusó de utilizar la persecución, los secuestros y la tortura para "enterrar la voluntad del pueblo venezolano". También hizo referencia a los crímenes de lesa humanidad documentados por Naciones Unidas, reforzando el carácter internacional de la denuncia.
"Si queremos tener democracia, debemos estar dispuestos a luchar por la libertad", expresó Machado en el discurso leído por su hija, una frase que sintetizó el espíritu del reconocimiento recibido en Oslo.
Un mensaje desde la clandestinidad
Machado, quien vive en la clandestinidad desde las elecciones presidenciales de julio de 2024, mantuvo comunicación telefónica con el Instituto Nobel desde un lugar no revelado. Allí lamentó no haber llegado a tiempo a la ceremonia, pero aseguró que se encuentra "en camino a Oslo".
"Nos sentimos muy emocionados y honrados. Este es un premio para todos los venezolanos", afirmó la dirigente, y anticipó el valor personal del viaje: el reencuentro con su familia, a la que no ve desde hace dos años. "Tan pronto como llegue, podré abrazar a mis hijos y a tantos venezolanos que comparten nuestra lucha", agregó.
Un premio que trasciende a una persona
El Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado no solo reconoce su trayectoria política, sino que coloca nuevamente a Venezuela en el centro del debate internacional. El galardón funciona como un respaldo simbólico a las denuncias de fraude electoral, persecución política y violaciones a los derechos humanos que distintos organismos internacionales han señalado en el país.
Con un mensaje directo al poder, una ovación global y una fuerte carga emotiva, la ceremonia en Oslo dejó en claro que la crisis venezolana continúa siendo una de las principales preocupaciones de la comunidad internacional.