Siete personas murieron este miércoles en un ataque con drones contra una fábrica de armas perteneciente a facciones apoyadas por Irán en el este de Siria, según informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
La información difundida no aclaró quién está detrás del ataque en la provincia de Deir Ezzor, donde las facciones apoyadas por Irán tienen influencia y donde una coalición liderada por Estados Unidos e Israel han llevado a cabo ataques anteriormente.
"Siete personas murieron y 15 resultaron heridas en un ataque con dron contra una fábrica de armas y un camión cargado de armas", ambos pertenecientes a grupos apoyados por Irán, dijo Rami Abdel Rahman, que dirige el OSDH, con sede en Londres y una vasta red de informantes en Siria.
Tres combatientes proiraníes de Afganistán, tres civiles sirios y un sirio no identificado murieron, indicó Abdel Rahman a AFP, añadiendo que el edificio atacado se había convertido recientemente en una fábrica de armas.
Israel ha llevado a cabo repetidos ataques aéreos y con misiles contra las fuerzas gubernamentales y sus aliados respaldados por Irán en Siria desde que estalló la guerra civil en 2011.
Días atrás se realizaron protestas en Israel debido a una iniciativa del Gobierno de Netanyahu por una reforma judicial, que se extendió a los sectores militares.
Cientos de soldados de las reservas militares firmaron cartas en las que expresan su renuencia a participar en misiones no esenciales o ya se retiraron de las misiones de entrenamiento, según las autoridades. Lo que más preocupa es el malestar en las fuerzas aéreas, donde los pilotos en servicio de reserva están cada vez más disgustados por los planes del gobierno, según los oficiales.
Los pilotos del servicio de reserva suelen dirigir los ataques aéreos regulares de Israel contra Siria y la Franja de Gaza, y participarían en cualquier ataque israelí de envergadura contra instalaciones nucleares en Irán. El ataque del miércoles tuvo como objetivo una parte de Deir Ezzor que alberga residencias de altos mandos iraníes y altos oficiales del movimiento libanés Hezbolá, así como un hospital iraní para pacientes de cólera, detalló Abdel Rahman.
